Diario de China, día 13: día libre en Shanghai

Hoy tuvimos día libre así que Katy, la guía, nos escribió el día anterior unos cuantos sitios en chino para visitar (para mostrar al taxista). Así que nos levantamos a las 7:30, desayunamos y marchamos rumbo al MERCADO DE FALSIFICACIONES, que está al lado del Museo de Ciencias.
En el metro
 
Cogimos el metro (nos costó 16Y los cuatro billetes) y menos mal que guardamos el ticket, pues se necesitaba para salir. Una vez en superficie hicimos fotos variadas con los rascacielos y con el Museo de Ciencias, que es impresionante. Enseñamos a la gente el papel que nos había escrito Katy y todo el mundo nos indicaba hacia el Museo, pero no llegábamos a encontrar el Mercado. Dimos unas cuantas vueltas hasta que por fin nos percatamos de que estaba dentro del metro y se nos pasó la entrada porque el cartel estaba escrito solamente en chino…
Museo de Ciencias
Los chicos querían comprar la camiseta del Real Madrid pero no la encontrábamos por ningún lado. Nos enteramos de que, gracias a unos papeles en inglés que había pegados en la pared, la Policía había hecho hacía unos días una redada y había retirado un montón de falsificaciones, por eso estaban asustados y no las tenían a la vista.

Tras muchas vueltas encontramos una tienda en donde sí había una así que al interesarnos el dependiente fue a buscar más a un almacén que tenían escondido no sé en donde. Tras regatear, Pelayo las consiguió por 50Y/5€ cada equipación (una blanca y otra negra, con sendas camisetas y pantalón). Carolina compró un juego de té, ayudándole a regatear (70Y) pues me encanta, y luego cogimos las dos unos pijamas chinos (2 pijamas 100Y), que yo uso como vestido para la calle con un cinturón. La señora acabó gritándonos y yo diría que llamándonos de todo en chino, pero no podría asegurarlo…Volvimos al hotel para dejar las bolsas con las compras y cogimos el metro hasta el centro financiero (parada de East Yan’an Road, en Pudong). Comimos en un McDonald’s que hay enfrente de la Perla de Oriente, en esta ocasión nos invitaron Carol y Javi a comer. Después no paramos de hacer fotos de todos los rascacielos del Pudong,  son impresionantes!!!

Jin Mao y SWFC
 
A mí el que más me gusta, por especial y por su color violeta, es la Perla de Oriente. Con sus 468 metros es uno de los edificios más altos de Asia y la tercera torre de televisión del mundo, por detrás de la Torre CN de Toronto y la Torre Ostankino de Moscú. Próximamente la superará también la Tokyo Sky Tree.
La PERLA DE ORIENTE fue diseñada por Jia Huan Cheng e inaugurada en 1995, formada por once esferas a distintas alturas (la mayor de 50m de diámetro) sustentadas por tres columnas de 7 metros de diámetro. Tiene tres miradores distintos, el más alto a 350 metros, además de un restaurante giratorio, pero no subimos a verlo. Al parecer los chinos están muy orgullosos de él, pues es de los pocos rascacielos de la ciudad que fue diseñado por un compatriota. En la base está el Museo de Historia de la ciudad y se está construyendo, además, un parque de atracciones con temática futurista.
La Perla de Oriente
 

Parece que el arquitecto de la Perla quiso representar dos dragones ( que son los dos puentes que rodean el edificio, el Yangpu y el Nanpu) jugando con perlas (el edificio) que caen del cielo sobre un plato de jade, basándose en los versos de un antiguo poema chino (cómo son de románticos…). Por la noche se iluminan prácticamente todos los rascacielos, ofreciendo un festival de luces y colores que merece la pena ver.

Después de comer caminamos hasta el SHANGHAI WORLD FINANCIAL CENTER (SWFC), el rascacielos más alto de la ciudad, con 492 metros y 101 pisos. Actualmente es el tercero más alto del mundo, tras Burj Dubai y Taipei 101. Para evitar la presión del viento sobre el edificio cuenta con una abertura en la parte más alta, lo que le da forma de quitachapas. La forma inicial del agujero era redonda, pero al ser símbolo de su rival, Japón, se cambió rápidamente a la forma cuadrada.

Maqueta de la ciudad de Shangai en el SWFC
 
Maqueta

El SWFC fue diseñado por la firma Kohn Pedersen Fox (fundada por estos tres arquitectos), y recibieron varios premios por este singular edificio. El agujero superior es la cubierta de observación más alta del mundo, situada a 440 metros de altura. Está envuelto en vidrio laminado que le da aspecto brillante y plateado desde fuera pero desde dentro es transparente. Tras hacer una pequeña cola, pues avanzaba rápido, compramos tickets por subir a los dos pisos de observación (150Y/persona). Pasamos por distintas salas: vídeo que compara la construcción de rascacielos desde 1931 hasta la actualidad en las ciudades de Nueva York, Tokio y Shanghai (en donde han construido todos en los últimos 15 años, contando actualmente con más de 4.000 rascacielos), maqueta de la ciudad que cambia de luces según se hace de día y de noche, vídeo de la construcción del SWFC y finalmente sala de ascensores (toda a oscuras y lo único que se ve es la proyección en el techo de los metros que quedan para que baje cada ascensor). Una vez dentro del ascensor parece una escena de dibujos japoneses, con muchas luces psicodélicas y además se observa la altura a medida que sube a gran velocidad.

Ascensor psicodélico
 
Este ascensor nos dejó en la parte baja del agujero del edificio, donde está el observatorio más alto del mundo. Merece la pena pagar por las vistas, pues el suelo es acristalado en una parte y además se ve el Jin Mao muy cerca. De ahí al punto más alto del edificio hay que coger otro ascensor (con muchísima cola) o escaleras, así que subimos los 200 escalones, llegando arriba un poco perjudicados. Admiramos el paisaje, hicimos muchas fotos y volvimos a bajar hasta la tierra, por supuesto en ascensor.
Vistas desde el SWFC
 
 

Antes de salir del edificio tomamos una cerveza china (Yingtao 35Y) en uno de los locales de la galería que hay en la planta baja del edificio. Yo aproveché para dormir un poco sobre la mesa, al estilo chino, pues estaba molida. A continuación visitamos el Jin Mao, que está justo al lado, siendo éste el quinto más alto de China y el décimo del mundo por aquel entonces. Fue diseñado por Adrian Smith basándose en las tradicionales pagodas chinas, es precioso. Todo en él gira alrededor del número de la suerte chino, el 8: cuenta con 88 pisos, 800 plazas de garaje, 8 columnas de acero en su perímetro soportan las cargas, etc. Subimos sin pagar hasta el piso 56, a partir del cual hasta el último piso pertenece al HOTEL HYATT. Las habitaciones se encuentran alrededor de un atrio de 27 metros de diámetros que asemeja una colmena, una imagen impresionante que se ve en algún videoclip, anuncios, películas, etc. Los ascensores están recubiertos de una fina capa de piedra de color claro por lo que se intuyen todos los movimientos.

Interior del Jin Mao

Al parecer en el piso 88 hay un mirador para 1.000 personas pero no llegamos a subir. Tras estas impresionantes visitas, que os recomiendo vivamente, volvimos a coger el metro saliendo en la PLAZA DEL PUEBLO. Allí, las familias que tienen hijos/as solteros/as que no dan casado, dejan sus curriculums pegados en las paredes, verjas y hasta en las ramas de los arbustos. Allí negocian también los padres los casamientos de sus hijos, lo cual es alucinante… Hicimos varias fotos de cómo negociaban y discutían los padres de familia hasta que se enfadaron y nos echaron de allí (o eso parecía, por la cara que tenían). Vimos incluso a dos hombres pelearse, seguramente porque no llegaban a un acuerdo. Por otro lado estaban los chinos que iban al parque a pescar peces rojos del estanque, los que jugaban a las cartas y apostaban (que está totalmente prohibido), etc. Un lugar muy curioso que os aconsejo visitar sí o sí.

Plaza del Pueblo
 
Plaza del Pueblo

A continuación paseamos por la concurrida calle NANJING y aprovechamos para cenar en un Pizza Hut. Pedimos dos entrantes de fritos variados, 2 pizzas y 4 cervezas, pagando un total de 270Y. Luego tomamos un frappucino en el Starbucks y marchamos para el hotel en metro. Aprovechamos para sacar desde las cristaleras de la habitación cientos de fotos del skyline antes de que se apagara a las 23:00 (la Perla aguanta 15 minutos más). Es una auténtica verbena de luces y colores, nada que ver con las ciudades europeas.

Impresionantes vistas desde la habitación del hotel
 
Skyline apagado

Nos despedimos de Carol y Javi y nos fuimos para el cuarto, pues nos tocaba dejar las maletas preparadas para el día siguiente, pues marchábamos temprano.

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