Diario de Japón día 13: Kyoto (Mercado Nishiki, Castillo Nijo, Gion)

DÍA 13, SÁBADO 29 OCTUBRE 2016

Me desperté sobre las 5 de la madrugada y no podía dormir. Después de dar muchas vueltas me levanté y comí algo de sushi que habíamos comprado el día anterior en el combini. Me volví a acostar y conseguí dormir hasta las 8-8:30. Desperté entonces a Pelayo, nos vestimos y nos fuimos a desayunar al MERCADO DE NISHIKI. Como está cerca del apartamento fuimos caminando, lo que nos llevó alrededor de 15 minutos.

Pelayo vio de camino, en una de las tiendas de las avenidas principales, unas chaquetas de punto muy chulas así que entró a probárlas. Al final se llevó una por 2052Y/18’6€.

El mercado es una calle larga cubierta, bastante estrecha, con puestos a los lados. Llegamos sobre las 10 y todavía estaban acabando de colocar los productos en los puestos. Es un lugar bonito y ordenado, totalmente opuesto al famoso mercado de Tsukiji de Tokyo.

Mercado Nishiki

En un puesto de dulces me llamó la atención un mochi relleno de haba y castaña así que cogimos uno (170Y/1’5€), pero como es habitual en Japón con los postres, la pinta era mejor que el sabor. También probamos unas castañas gigantes que vendían en algunos puestos, igualmente insípidas.

Dulces
Fermentados

Vimos un montón de cosas que llamaron nuestra atención: gorriones fritos, frutas y verduras extrañas, pescados que nunca habíamos visto, etc. Yo tuve que comprar un kiwi de emergencia dado que con tanto arroz no iba al wáter, por el que tuve que pagar 160Y/1’5€.

Katsuobushi
Pescado
Gorriones fritos

Cogimos para probar un pincho cada uno de pepino encurtido, riquísimo (2x100Y=200Y/1’8€). Llegamos al final de la calle, en donde había un curioso y pequeño templo, así que entramos a verlo. En él había una urna de cristal, con un muñeco dentro, en la que la gente echaba monedas, entonces se activaba y cogía un papel de la fortuna que entregaba al interesado.

Entregando el papel de la suerte a una joven

Luego buscamos los grandes almacenes TOKYO HANDS, pues yo tenía ganas de comprar algo de recuerdo allí, pues suelen vender objetos curiosos. Había menaje de cocina, papelería, etc. Compramos unos juegos de montar que consistían en planchas metálicas troqueladas que había que ir uniendo para dar forma a una pagoda, un samurai, un castillo, etc. Cogimos varios para regalar a mi hermana, mi cuñado, a la hija de Pelayo y uno para nosotros. Por cierto, al mostrar el pasaporte extranjero en la caja, me hicieron un descuento directo del 5%, por lo que pagué finalmente 6730Y/61’2€. Son muy divertidos de montar pero hay que tener un poco de paciencia, pues son delicados.

Montables metalicos de Tokyo Hands

Volvimos dando un paseo hacia el barrio de nuestro apartamento y, de camino, nos encontramos una tienda de golf y entramos a ver lo que había. Después de muchas vueltas compré unos tenis FJ por 2900Y/26’3, una ganga, pues era el último par que quedaba. Además cogimos unos tees muy especiales y un par de guantes para cada uno. Pagamos un total de 7170Y/65€.

Tienda de golf

Fuimos hasta el apartamento para dejar las bolsas y aprovechamos para comer en el restaurante que hay enfrente justo del portal llamado STEAK AND WINE NIKUYA GINJIRO, ya que según el cartel de la puerta servían ternera Omi, que pertenece a una de las cuatro razas certificadas de carne de wagyu (concretamente a la Japanese Black Beef al igual que la de Kobe). Las otras son Japanese Polled Beef, Japanese Brown Beef y Japanese Shorthorn Beef.

Steak and Wine Nikuya Ginjiro

Tras mirar la carta nos decidimos por un par de platos pero cuando la chica vino a tomarnos nota nos dijo que al mediodía sólo servían una serie de menús cerrados… Nuestro gozo en un pozo… Entonces Pelayo pidió Roasted Beef Ronburi (lonchas de carne prácticamente crudas encima de arroz, con salsa y una yema cruda, riquísimo) y yo hamburguesa acompañada de sopa, ensalada y arroz blanco. Al final compartimos ambos platos y pagamos 1960Y/18€. De postre nos comimos unos kit kats de frambuesa que llevábamos en la mochila provenientes de un combini.

STEAK AND WINE NIKUYA GINJIRO

STEAK AND WINE NIKUYA GINJIRO

Caminamos hasta el CASTILLO DE NIJO y como había mucha cola en ventanilla para sacar las entradas, las compramos en unas máquinas que había justo al lado de las taquillas, lo que nos llevó unos segundos. Pagamos 2*600Y=1200Y/11€.

Taquillas del Castillo de Nijo

Atravesamos el foso y las murallas para adentrarnos en sus preciosos jardines, en donde hay varias construcciones (que se pueden visitar pero no sacar fotos del interior). Había un gran número de salones con tatamis, en cuyas paredes se pueden observar diversas pinturas. Los carteles aclaran que son copias, pues los originales se encuentran en un museo. Fue una visita bastante agradable y al ser las 15 horas ya no había demasiada gente.

Castillo de Nijo

Luego nos desplazamos hasta el PALACIO IMPERIAL, que se encuentra en medio de un gigantesco jardín. Nos pegamos una buena pateada y luego resulta que sólo se puede ver por medio de una visita guiada reservada con antelación así que de saberlo nos hubiésemos ahorrado el largo y monótono paseo, pues el parque no tenía nada de especial…

Palacio Imperial de Kyoto

Salimos de los jardines y pasamos justo delante de una panadería de las de verdad, pues desde que llegamos sólo habíamos visto pan de molde en los combinis. No pudimos resistirnos y entramos para comprar barios bollos (de cebolla, de queso, de bacon, etc.), todos riquísimos, pagando 583Y/5’3€.

Panaderia Eze Bleu

Cogimos entonces el bus en dirección al barrio de GION, concretamente el número 203. Hay que saber que en Japón se sube al bus por la puerta trasera y cuando se llega a la parada, antes de bajar, se paga el billete al conductor (pagamos por los tickets del bus 2*230Y/1’85€). Dimos una vuelta por este precioso barrio tradicional, en el que se pueden ver casas bajas de madera, pero no tuvimos la suerte de cruzarnos con ninguna geisha. Es un lugar con mucho encanto que os recomiendo visitar. Justo en ese momento se nos acabaron los datos de la tarjeta SIM por lo que no podíamos consultar recorridos ni restaurantes ni Google maps, ¡HORROR!

Canales de Gion

 

Callejuelas

 

Tradicionales adornos para el pelo

Cenamos finalmente en un curioso lugar que me había recomendado mi amiga Uxía y que sí habíamos visto al pasar cuando llegamos al barrio, ISSEN YOSHOKU, en el que sólo sirven okonomiyakis con minúsculos trozos de tendón de vaca. A mí no me gusta demasiado el tendón pero el plato sí que me gustó. Además pedimos un sake de la zona de Kyoto para beber, pagando por todo 1860Y/17€. Es un lugar gracioso por la decoración, pues hay maniquíes sentados en algunas mesas (imagino que es por si el comensal se siente solo), dibujos eróticos, etc., además si no hay mesa libre te sientan compartiendo con otro grupo de personas,como ocurrió en nuestro caso.

ISSEN YOSHOKU

Por cierto, ya nos quedaban poco yenes por lo que empezamos a pagar con tarjeta y la verdad es que no tuvimos ningún problema con ninguna de las dos. Al rato volvimos caminando desde Gion hasta el apartamento, lo que nos llevó alrededor de 30 minutos, pero se nos hizo corto porque los barrios de Kyoto son realmente bonitos, llenos de preciosos locales de todo tipo.

Antes de subir al apartamento compramos en el Family Mart un poco de sushi y yogures para desayunar al día siguiente (411Y/3’7€), para variar… Una vez arriba me dormí en 5 minutos, pues no podía con el cansancio.

 

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