Diario de Japón día 15: Kyoto (Pabellón de oro, plata, Ume no Hana, Kiyomizudera)

DÍA 15, LUNES 31 OCTUBRE 2016

Hoy era nuestro último día en Kyoto. Me desperté pronto y aproveché para doblar la ropa limpia que estaba tendida por la casa. Con el calor que hacía en el pequeño apartamento en más o menos un día estuvo seca.

Sobre las 8 desperté a Pela y desayunamos: él tostada con bacon y yo sushi; además algas y tortas de cangrejo que habían sobrado del día anterior y un dulce. Para beber preparamos té del que nos había dejado la dueña de la casa como cortesía.

En el día de hoy teníamos pensado visitar tres templos: Dorado, Plateado y Kiyomizudera, para rematar el día cenando en Pontocho. Eso sin olvidarse de reservar asientos para el día siguiente en el tren de Kyoto-Odawara así que teníamos una jornada completa.

autobús

Salimos del apartamento sobre las 9:15 y cogimos el bus n.º 12 en la parada más cercana, bajándonos en HORIKAWA-OIKE. El PABELLÓN DORADO/KINKAKUJI estaba justo al lado de esta parada. El bus tardó bastante en llegar, pues tenía paradas cada pocos metros.

Mapa del recinto

En la entrada compramos los tickets (2x400Y=800Y/7’3€), pero sólo se puede pasear por los jardines y ver el templo desde lejos, nunca acceder al interior. Aún así es un lugar muy bonito que creo que merece la pena si tenéis tiempo, a pesar de no ser el edificio original (databa del siglo XIV pero sufrió varios incendios). En el lago se refleja el edificio, que al parecer está recubierto de oro, ofreciendo una idílica estampa japonesa (si podéis escapar de los turistas unos segundos, claro).

Pabellón dorado

En el jardín hay un trazado marcado del que no se puede salir, pues hay numerosas cámaras de seguridad que vigilan a los visitantes. Además hay un puente elevado desde el que se ve el jardín desde cierta altura, así como la parte más alta del pabellón dorado entre la espesura.

Pabellón dorado

Jardines del Pabellón dorado

Para salir del recinto es obligatorio pasar por una avenida llena de puestos con souvenirs, dulces, casas de té (té y dulce por 500Y), etc. Cogimos entonces el bus n.º 204 en la parada de KINKAKUJI-MAE con la intención de visitar el PABELLÓN PLATEADO/GINKAKUJI, por lo que nos bajamos en GINKAKUJI-MICHI. Fue construido en el siglo XVI sirviendo como inspiración el Pabellón dorado.

Mapa del recinto

Las entradas del Pabellón plateado fueron 2x500Y=1000Y/9€. En este caso tampoco se puede entrar en el interior del templo pero los jardines casi me gustaron más  que los del Pabellón dorado. Hay además una parte de jardín de arena muy curioso. Disponen de visitas guiadas, pero por supuesto sólo son en japonés, una pena. Las vistas desde el punto más alto del jardín eran bonitas, pues se veía la vegetación y al fondo la ciudad.

Pabellón de plata

Pabellón de plata

Por cierto, ambos templos fueron nombrados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Al salir recorrimos el PASEO DE LOS FILÓSOFOS, que en un principio no teníamos pensado caminar por él pero lo vimos tan apetecible y agradable que finalmente lo recorrimos hasta el final. Va bordeando el río que, a pesar de su pequeño cauce, está lleno de peces. Además muchas de las casas que hay en las orillas son dignas de ver. Por el camino nos encontramos una señal que marcaba la entrada a un templo y entramos a verlo. Resulta que estando allí vimos varios monos sin necesidad de pagar ninguna entrada y a su aire, corriendo de un lado para otro por los tejados de las casas y los árboles. El templo era pequeño pero bonito, creemos que estaba dedicado a las ratas.

Paseo de los filósofos

Paseo de los filósofos

Decidimos ir a comer a un restaurante que nos había recomendado nuestra amiga Shinobu, que es japonesa. Se llama UME NO HANA (que significa flor de ciruelo) y está especializado en tofu; ya habíamos intentado ir el día anterior pero no fuimos capaces de encontrarlo, pues los carteles están sólo en japonés y luego nos aclaró ella por la noche, a través del Whatsup, que estaba en el sótano de un edificio, con lo cual dificultaba aún más el verlo.

Templo entre edificios

Cuando llegamos al lugar yo reconocí los kanjis que habíamos buscado previamente en Internet (梅の花) para encontrarlo esta vez sin falta. Los reconocimos en unos carteles que había justo en el edificio donde hay un Starbucks; por si os ayuda, hay un templo muy bonito en la parte trasera del edificio, en el patio de luces (el cual quedó enterrado entre los edificios modernos…). La parada de bus en la que nos bajamos fue SHIJO-KARASUMA.

Restaurante Ume no Hana

Restaurante Ume no Hana

Entramos en el sótano y de ahí al restaurante, que es de estilo tradicional japonés, con salones en donde se come sentados en el suelo pero también tienen una parte para los turistas en donde hay sillas. Nos asignaron una camarera que fue la que nos atendió a lo largo de toda la velada, entrando por una puertecita trasera que había en el salón. No hablaba apenas inglés pero hacía grandes esfuerzos para hacerse entender y se notaba que se había aprendido unas cuantas frases. Estuvimos todo el rato solos en el salón, a pesar de que había más mesas.

Tras echar un vistazo a la carta decidimos pedir dos menús degustación distintos para poder probar muchas cosas:

1.Menú UME LUNCH (2050Y/19€):

-Apertitivo: tofu fresco con salsa de yuzu (exquisito)

-Ensalada de tofu con un aliño cítrico riquísimos

Restaurante Ume no Hana

-Cuenco con tofu, setas, pastel de arroz, seta, huevo y semillas de ginko

-Dos pinchos con salsa sabrosísima

-Rollo de yuba frito

Restaurante Ume no Hana

-Bola de yuba frita con semillas y caldo

-Arroz en cacerola con gambas y vegetales encurtidos

-Sopa de yuba y algas

-Helado de haba de soja

2.Menú TSUKI LUNCH (2480Y/22’5€)

-Roast beef

-Vegetales en vinagre con huevas de salmón

-Vegetales con setas y cristantemo

Restaurante Ume no Hana

-Cuenco con tofu, crema de calabaza, setas, pastel de arroz y semillas de ginko

Restaurante Ume no Hana

-Ensalada de tofu

Restaurante Ume no Hana

-3 gyozas (2 de tofu y 1 de cangrejo) con salsa de soja y cítricos

-Tempura de cangrejo y setas

Restaurante Ume no Hana

-Sopa de yuba y algas

-Arroz con verduras de temporada con vegetales encurtidos

-Helado de boniato con un trozo de bizcocho de castañas

Restaurante Ume no Hana

Fue todo un acierto porque probamos un montón de preparaciones extraordinarias, la mejor comida durante nuestro viaje a Japón y además a un precio muy bueno. Para beber la chica nos sirvió té matcha todo el rato; hay que decir que el servicio por su parte fue exquisito y agradecimos mucho los esfuerzos que hizo por hablar algo en inglés (aunque la verdad es que entendimos poco…). Finalmente pagamos 4530Y/41€ redondos, la suma de los dos menús, lo que nos pareció un precio más que excelente. Al parecer hay varios Ume  no Hana en Japón, por lo que si tenéis oportunidad de visitar alguno, no la dejéis escapar, estoy segura de que os encantará.

autobús
Autobús abarrotado

Tras la comida cogimos el bus n.º 207 hasta el TEMPLO DE KIYOMIZUDERA, iba llenísimo de gente, pues recibe gran número de visitantes al año. Las entradas nos costaron 2x400Y=800Y/7’3€. Al parecer se construyó en el siglo VIII pero, como era de madera ardió y las construcciones actuales datan del siglo XVII.

Entrada al templo

Kiyomizudera

Entramos en el recinto y apenas se cabía de la cantidad de gente que había, era un estrés… Caminamos hasta la Pagoda Roja, desde donde hay bonitas vistas del templo y la vegetación que lo rodea. Parece que la pagoda está lejos pero nos llevó 5 minutos a pie.

Kiyomizudera

Kiyomizudera

Una vez de vuelta al templo, nos acercamos a la famosa fuente de los tres chorros de agua (sólo se bebe de uno, pues si se hace de los tres está mal visto). Los vasos los desinfectan con rayos UV antes de beber, hay para ello una señora controlando el proceso todo el rato y te hace entrega del vaso desinfectado. Hicimos la cola, que era larga, pero la verdad es que avanzaba rápido.

Kiyomizudera

Bebiendo de uno de los tres chorros

La verdad es que la visita a los tres templos nos llevó menos de lo esperado, quizás porque tampoco nos paramos demasiado, al no poder visitar el interior ni hacer visita guiada.

Esterilizador de rayos ultravioleta

Al salir del recinto compramos, en uno de los locales de las animadas calles, unos helados de té verde y sésamo (2x350Y=700Y/6’4€). En la misma tienda daban a probar té y una especie de filloas de arroz rellenas de mil ingredientes, nos pusimos morados. Al final compramos en la tienda, casi por vergüenza torera, unos snacks por 500Y/4’5€.

Caminamos hasta la calle de PONTOCHO, que es preciosa, muy estrecha, llena de farolillos y restaurantes. Va paralela al río.

Pontocho

Tomamos el bus nuevamente hasta la Estación de tren de Kyoto con el fin de reservar los billetes para el día siguiente, con destino a ODAWARA. La TORRE DE KYOTO estaba preciosamente iluminada en esos momentos. A las 19 horas comenzó un ESPECTÁCULO de agua, luces y música justo al lado de la Oficina de Tickets de bus que hay delante de la entrada principal de la estación de tren así que nos quedamos a verlo. Se pueden ver justo encima de un edificio de una sola planta que está ligeramente hundido en la plaza y que en el frente pone “AQUA FANTASY”.

Aqua Fantasy

Tras el espectáculo hicimos la cola en el Midori no Midoguchi y cuando llegamos a ventanilla reservamos dos plazas para el día siguiente en el tren de las 10:30 horas a Odawara, viaje que duraba dos horas.

Buscamos después un sitio en donde comprar una recarga para la SIM y nos mandaron a YODOBASHI, un centro comercial que hay prácticamente en la plaza de la Estación central. Una vez dentro nos costó un poco encontrar el sitio concreto en donde vendían las tarjetas, pues había muchas plantas y poco inglés, pero finalmente, y gracias a un chico que era el único que hablaba bien, compramos otra SIM nueva que salía mejor que la inicial. Se llamaba FREETEL PREPAID y tenía 1GB por 1960Y/18€; eso sí, sólo tenía datos de Internet, no valía para llamar pero en Japón si no hablas japonés dudo mucho que en general te puedas entender con alguien por teléfono en inglés…

Fretel Prepaid 1 GB

Aprovechamos para ir al supermercado que había en el sótano del centro comercial y fue una locura porque había todos los productos que os podáis imaginar, con una pinta estupenda, y lo mejor de todo es que era más barato que en el mercado. Compramos algo de sushi, sashimi, pepinos, carne de ternera japonesa, etc., pagando 50€. Para entendernos con los trabajadores fue toda una historia, pues queríamos carne de ternera japonesa y no había manera de que nos comprendiesen, a pesar de mujir como locos y ponernos las manos en la cabeza a modo de cuernos para ver si lo pillaban…

Cogimos el bus de vuelta al apartamento pero antes de subir pasamos por la licorería que hay enfrente del mismo con el fin de comprar dos botellas de whisky de Yamazaki para llevarlas a España, pues nos encanta y en esta tienda fue donde los vimos mejor de precio (en España son carísimos). Pagamos 5200Y/47€.

Pelayo preparó en el apartamento la carne que habíamos comprado en el súper. Para freírla no necesitó ni aceite ni mantequilla, pues con la propia grasa de la carne fue suficiente, no se pegó a la sartén, y de hecho olía a mantequilla derretida en vez de a carne. Dejamos una poca para comer cruda, simplemente acompañada por un poco de salsa de soja. La verdad es que nos gustó, era sabrosa y sedosa. Después comimos varios de los productos que habíamos traído y para beber tomamos el sake que nos quedaba del día anterior. La verdad es que esta última cena en Kyoto fue estupenda.

Última cena en Kyoto
Sake

Antes de dormir preparamos las maletas, puesto que finalmente decidimos coger el tren de las 8:30 en vez de el de las 10:30, pues teníamos dos horas para dormir durante el camino y así aprovecharíamos más el día en HAKONE, en donde cierra todo muy pronto (sobre las 16 terminan el funicular, teleférico, etc.).

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