DÍA 2: MARTES 18 OCTUBRE 2016
Nos levantamos a las 8 de la mañana, desayunamos y nos preparamos para coger los vuelos que nos llevarían de Madrid a Tokio. Nuestro amigo Elías nos llevó en coche hasta el aeropuerto de Barajas y, una vez allí, filmamos las maletas con un rollo de papel plástico que habíamos comprado en el supermercado. La empresa que operó los vuelos hasta Tokio no fue ANA, sino Lufthansa.
Pasamos nuevamente el control de seguridad y nos dimos una vuelta por el aeropuerto, aprovechando para sacar dinero en efectivo de un cajero. Embarcamos a la hora prevista y despegamos sobre las 12. En dos hora y media estábamos en Múnich. En el avión nos dieron de comer: pollo con pasta y salsa de tomate, galletas de coco y pan con mantequilla.
En Múnich pasamos nuevamente el control y, como teníamos algo de tiempo, deambulamos por las tiendas del aeropuerto.
Embarcamos en el segundo avión, que salió sobre las 16 horas. Nos tocó cerca alguien que olía a sobaco así que imaginaros qué viaje nos dió… Las 13 horas que duró el viaje pasaron entre películas, aperitivo (con vino espumoso blanco, todo un detalle), cena (ensalada, noodles con soja y wasabi, ternera con puré de patata y verdura, de postre fruta en almíbar) y desayuno.
Por cierto, en el propio avión nos dieron los papeles de inmigración que había que cubrir para entregar a la Policía cuando llegásemos a Tokio (nos dieron dos distintos a cada uno pero al final en la frontera sólo nos pidieron uno).
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