Diario de Londres 2014, día 7: British Museum, Yauatcha, Covent Garden, Musical y fiesta nocturna

MIÉRCOLES 26 NOVIEMBRE 2014
Hoy no pusimos el despertador, pues estábamos derrengados, pero aún así me desperté sobre las 9. A los pocos minutos se levantó también Pelayo y desayunamos juntos. Nos duchamos y marchamos al BRITISH MUSEUM (que es gratis), para lo cual cogimos un bus en Old Street. Una vez allí escogimos qué ver, dada la enorme colección que muestran. Vimos la famosa Piedra Roseta, los restos Egipcios, Asirios (nos encantaron sus relieves, impresionantes), Ur, el moai de la Isla de Pascua, los restos del Mausoleo de Halicarnaso, los tótems de la galería principal, etc. Es uno de los mejores museos que he visitado.
Relieves asirios
Sobre las 13 decidimos marchar y, como era el último día, buscamos un restaurante en el que darnos un homenaje. Un chef amigo de Pelayo le había recomendado varios, decantándonos finalmente por YAUATCHA, restaurante asiático con una estrella Michelín que se encuentra en el Soho. Caminamos desde el museo, atravesando el bonito barrio del Soho, hasta que llegamos al laureado restaurante.
Al entrar nos recibió una chica muy amable que nos dijo que no nos preocupásemos a pesar de no tener reserva porque el restaurante tenía dos plantas y había sitio en la de abajo. Entonces un joven nos acompañó hasta abajo y nos ofreció una mesa de dos, en el centro de la sala. Lo que no me gustó demasiado es que las mesas son muy pequeñitas y están muy juntas por lo que oíamos perfectamente lo que hablaba la pareja de al lado. La sala, sin embargo, es bonita, recuerda a un cielo estrellado, y en la barra tienen un acuario todo a lo largo con peces de colores.
Restaurante Yauatcha

Restaurante Yauatcha

Restaurante Yauatcha

Restaurante Yauatcha

Resulta que tenían un menú degustación para dos personas por 30 libras, con 8 raciones y té, de 14 a 18h y eran las 13:55 así que nos coincidió genial. A mayores pedimos cerveza japonesa (Kiriri) y postre. El menú se compuso de dumplings de varios sabores, arroz en hoja de banana, rollitos, empanadillas, etc. Estaba todo delicioso y muy bien presentado, además el postre es de lo más rico que he comido nunca. Por cierto, en la planta de arriba un mostrador en el que venden bombones y dulces de alta repostería, que son a su vez los que sirven de postre en el restaurante (por si sólo quereís probar una de estas delicatesen, sin necesidad de comer en el restaurante). La cuenta final fue de 60 libras, pues pagamos lo mismo por el menú que por las bebidas y postre. Aquí os dejo el enlace al comentario y fotos que subí a Tripadvisor.

China Town
Tras la agradable comida visitamos el barrio chino. Aprovechamos para entrar en un supermercado de productos asiáticos que tenía varios pisos del que salimos enamorados y por supuesto con varios productos. Quién nos diera algo así cerca de casa…
A continuación paseamos por COVENT GARDEN, callejeando por todo aquello que nos llamaba la atención (incluidas algunas de las calles míticas en donde rodaron parte de las películas de Harry Potter). Tengo que decir que nos encantó el Mercado de Covent Garden con sus preciosos adornos navideños. Allí había un patio en el que se iban turnando músicos callejeros para tocar, cantar, vender sus discos, etc. Estuvimos escuchando un rato a un grupo de música clásica que incluían dos violines, una viola, un chelo y un contrabajo, realmente buenos.
Mercado de Covent Garden
Después entramos a ver qué comida y bebidas tenían en el Marks&Spencer y hubo un producto en concreto que nos dejó alucinados: copón de vino de plástico con un precinto como el de los yogures, listo para beber. ¡¡Y era vino español!!
Copón de vino listo para beber en Marks&Spencer
Para rematar la jornada mi hermana me había regalado por mi cumpleaños un par de entradas para el musical de THRILLER, de Michael Jackson (más o menos sale por 40 libras por persona, según la zona que escojas), que era a las 19:30 así que fuimos paseando hacia la zona de teatros.
Antes de entrar comimos una hamburguesa en un Take Away que tiene JAMIE OLIVER muy cerca de Picadilly Circus, en la calle en la que hay muchos teatros. En realidad tiene el restaurante DINER’S en la planta de arriba y abajo tiene el take away. Pedimos dos hamburguesas dobles con queso, una ración de patatas, una cerveza y un agua, todo por 20 libras, lo cual me pareció una ganga para ser su restaurante, y además en pleno Picadilly. Tengo que decir que la hamburguesa era enorme y estaba excelente, hecha de una carne de gran calidad. Lo único que no me gustó fue un vasito que nos pusieron a cada uno con una especie de ensalada, pues ya estaba rancia, posiblemente porque llevaba preparada hacía un buen rato. Por si queréis leer el comentario que subí a Tripadvisor.
Take away de Jamie Oliver

A las 19 entramos en el teatro y nos acomodamos en nuestras butacas. Como quedaron huecos, una vez empezado el espectáculo, nos centramos un poco más. El musical estuvo genial, pero es que a mí es que me encanta Michael Jackson… Había sobre 15 actores en escena que se iban turnando para cantar, sin un personaje principal. Salimos sobre las 22h y recibimos la llamada de Mario, que venía de camino para Picadilly con unos amigos del trabajo, mientras mi hermana estaba trabajando. Aprovechamos la espera para ver la tienda de EMANENTS que hay en Picadilly.
Cuando llegaron Mario nos presentó a todo su grupo de amigos, que por cierto venían entonados, pues habían estado comiendo juntos y se había alargado la velada hasta la noche. Nos llevaron a un pub llamado O’NEILLS, al que al parecer van muchos españoles de fiesta. Allí me encontré con un chico que hacía atletismo cuando yo estudiaba en Madrid, fue una gran sorpresa, pues él también estaba pasando unos días en Londres.
Estuvimos bailando un buen rato a medida que iban bajando las pintas, luego empezó un concierto que estuvo bastante bien (no porque tuviera buena voz el cantante, sino porque hacían versiones de canciones de rock muy conocidas). Los amigos de Mario fueron marchando poco a poco y al final quedamos sólo 5. Yo tuve que sentarme un rato en una banqueta por el dolor de pies que tenía. Tengo que decir que había un guardia de seguridad en el local que era un imbécil, pues se pasó toda la velada molestando: no pongas el abrigo ahí, no te sientes en la banqueta, no te pongas ahí que estorbas, etc. Sobre las 3 nos echaron a todos del local y caminamos hasta Totthenham para coger el bus 55, que nos dejaba en Old Street. En la parada nos despedimos de los amigos de Mario, con los que pasamos una noche muy divertida. Al final nos acostamos sobre las 4 de la mañana.

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