Diario de Perú. Día 2: de Lima a Cuzco

Hoy dejábamos Lima para dirigirnos a Cuzco en avión así que nos levantamos a las 5:30 para vestirnos y poco más. A las 6 am Max, el taxista, nos recogió en la puerta del hotel con el fin de trasladarnos al AEROPUERTO JORGE CHÁVEZ, pues desde allí salía nuestro vuelo hacia Cuzco. Cuando llegamos al mostrador de facturación nos comunicaron que habían adelantado el vuelo a las 8:35 así que menos mal que íbamos con tiempo… Pasamos el control y compramos algo en una pequeña tienda para desayunar:  rollito con pollo para Pelayo, croissant con ensalada y pollo para mí,un zumo, 2 bolsas de batata frita (aquí se llama camote), un kit-kat y dos mates de coca para prevenir el mal de altura (total 54 soles).
Primer mate de coca
 
El avión, de Star Perú, salió finalmente con 30 minutos de retraso. Yo me dormí incluso antes de despegar pero me despertó Pelayo para el desayuno que nos ofrecieron gratuitamente las azafatas: 1 mini croissant con jamón York y un trozo de bizcocho de chocolate. Para beber pedí una Inca kola, pues tenía ganas de probarla; era de color amarillo limón, con gas y sabía a chupa chups de fresa, demasiado dulce, no me gustó nada. En teoría el sabor es de hierba luisa pero a mí no me lo pareció. Sus ventas superan en Perú a las de la Coca-Cola.
Aterrizamos en Cuzco alrededor de una hora y media después y ya al salir del avión noté cómo me costaba respirar. Cogimos las maletas de la cinta y salimos a la calle. Fuera nos esperaba un señor con un cartel en el que ponía los nombres de Pelayo y Borja, enviado por el Hostal Samay Wasi (samay=reposo, Wasi=casa, en quechua). Nos llevaron en una amplia furgoneta él y un conductor. Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor del hostal, con fotos del mismo.
Llegada a Lima
 
El hostal se encuentra en San Blas, el empinado barrio de los artesanos, justo al final de la colina, en una calle llena de escaleras a la que no se puede entrar en coche porque es muy estrecha. Tuvimos que caminar un poco con las mochilas a cuestas hasta el hostal, lo que fue durillo, sobre todo para Bea. En el hostal nos recibió Judith, una chica muy amable y, al poco tiempo apareció Cleison. Por fin lo conocimos, todos teníamos curiosidad por saber cómo era después de nuestra ardua relación a través de emails. Trabaja de guía en Cuzco y se había encargado de reservarnos varias cosas a lo largo de nuestro viaje y darle el conforme al itinerario que yo había diseñado. Como ya dije, onseguí su contacto en la maravillosa web de LOS VIAJEROS, que siempre consulto antes de cada viaje. Tiene una web que podéis visitar pinchando aquí. Estará encantado de echaros una mano, arreglaros las visitas, organizaros itinerarios, etc.
Tarta de Cleison
 
 Nos trajo una tarta de nata y durazno (melocotón) a modo de agasajo en la que traía un letrero de chocolate en el que ponía “Bienvenidos al Cusco”, todo un detalle por su parte. Nosotros le entregamos las dos prendas que nos había encargado del Decathlon. Mientras comíamos la tarta en un saloncito del hostal comentamos los detalles y dudas del viaje y le pagamos lo que faltaba (pues una parte se la adelantamos por Westhern Union desde España), que fueron alrededor de 1200$ por pareja, incluyendo:
-tour por los monumentos más importantes de Cuzco (8$/persona)
-Tour por el Valle Sagrado (25$/persona)
-Tren de ida y vuelta de Cuzco a Machu Picchu, hotel y bus de subida al santuario (220$/persona)
-Bus de Cuzco a Puerto Maldonado (25$/persona)
-Tres días en la selva con Saturnino, el padre de Cleison (280$/persona)
-Bus turístico de Cuzco a Puno (49$/persona)
-Tour de dos días en las islas del Lago Titicaca (40$/p)
-1 noche de hostal en Arequipa (20$/p)
-Tour del Cañón del Colca (33$/p)
-Vuelo de las líneas de Nazca (110$/p)
-Tour en Buggie por el Oasis de Huacachina (25$/p)
-1 noche en Hostería Suiza de Huacachina (30$/p)
-Tour Islas Ballestas (20$)
Hostal Samay Wasi
Hostal Samay Wasi
 
Luego Cleison nos llevó a comer, dando un paseo, a una picantería muy agradable y genuina, unas cuadras más debajo de la Plaza de Armas (PICANTERÍA LA CUSQUEÑITA). Pedimos varias raciones para compartir: manitas de cerdo maceradas en vinagre con pimiento y cebolla, ají de gallina y cuy al horno. Para beber una jarra de cerveza Cusqueña y una de chicha morad, que me gustó bastante más que las que ya había probado en otros locales (estaba más concentrada y tenía un toque a clavo). Por cierto, el cuy es como una cobaya o conejillo de indias, plato muy típico en las casas peruanas los domingos y días de fiesta. No nos gustó demasiado el sabor, principalmente porque llevaba dentro hierbas aromáticas típicas de la cocina peruana que eran muy fuertes de sabor. Luego nos enteramos que es un plato de difícil digestión y que no se debe de comer recién llegado, para no facilitar el mal de altura.
Cuy
 
Manitas de cerdo
 
Como a Bea no le gustaba nada de lo que había sobre la mesa, pidió un filete empanado con arroz, que era enorme, así que la ayudamos entre todos. Durante la comida hubo además un espectáculo de danza tradicional peruana. De postre pedimos picarones, que son parecidos a las orejas gallegas de carnaval pero redondos y con algo de masa dentro, sobre los que se vierte miel. En total pagamos 142 soles (no llega a 40euros) por lo que es un sitio que os recomiendo por barato y buena comida. Entre todos invitamos a comer a Cleison. Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor del Restaurante.
Cusqueña y filete empanado
 
Horno del restaurante
 
A continuación cogimos un taxi en la puerta del restaurante que nos dejó en la PLAZA DE ARMAS (que pagó Cleison), en donde nos unimos a un grupo que llevaba un guía llamado Estanislao. La primera visita fue a la catedral, para la que tuvimos que pagar la entrada aparte, pues no estaba incluida en el tour y Cleison tampoco había avisado (25 soles Pelayo y 12’5 soles yo, por tener carnet de la Universidad). La CATEDRAL o BASÍLICA DE LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN está formada en realidad por 3 templos rectangulares, con distintas fechas de construcción, unidas entre sí por los laterales. Esto da lugar a una fusión de estilos, frecuente en el estilo barroco de Latinoamérica: fachada renacentista, interior barroco, gótico y plateresco. La primera se empezó a construir en 1539 sobre la base del palacio de Wiracocha. En su construcción se utilizaron algunos de los bloques de granito rojo de Sacsayhuamán.
La imagen más venerada es la del Cristo de los Temblores, que se talló, en Sevilla por orden de Felipe II, con facciones similares a los habitantes de Perú para que se reconociesen en él, pues seguían adorando al Sol y sus deidades. Cuentan que en el traslado en barco hasta el Virreinato de Perú una gran tormenta a punto estuvo de destrozar la embarcación. Por ello los sacerdotes sacaron al Cristo de su caja, le imploraron que parara la furia del mar y así fue. Le dieron por tanto también el nombre del Cristo de las Tormentas.
Qoricancha
 
Una vez que el Cristo llegó a Perú, se trasladó a su destino tras un largo viaje. Una de las paradas que se hizo en el camino fue en el pueblo de Mollepata, en donde descansaron unos días. Cuando quisieron continuar el viaje, el arcón en el que iba la imagen se había vuelto tan pesado que no pudieron moverlo. La gente decía que era porque el Cristo deseaba permanecer allí. En realidad fue, al parecer, una farsa del arriero, quien quería quedarse con la imagen. Finalmente la imagen se quedó en Mollepata, construyendo un templo para albergarlo. Hoy en día se llama el Cristo de exaltación de Mollepata. Se mandó construir otra imagen a un imaginero indio de la zona que fue la que se entregó en la catedral de Cuzco, con facciones más grotescas y asimétricas.
Este cristo de Cuzco es muy venerado porque cuentan que en 1650 un terremoto asoló la ciudad; la gente, desesperada, sacó al Cristo negro en procesión y el movimiento se detuvo, es por ello que pasó a llamarse el Señor de los Temblores. También curó a la ciudad de la peste al sacarlo nuevamente en procesión durante la época que la enfermedad mermaba a la población y por ello se considera a partir de ese momento el patrón de Cuzco. Los clavos de sus manos y pies son de oro con incrustaciones de piedras preciosas. También tenía una corona de oro puro pero fue robada en 1980. Se ha analizado en la actualidad la composición de la figura y al parecer está hecha de fibra vegetal de lino, ágave, madera de balsa y otros que provienen de Latinoamérica, por lo que efectivamente se cree que es autóctono.
Dentro de la catedral hay numerosos cuadros de la ESCUELA CUZQUEÑA, de gran originalidad. Hay por ejemplo uno de la última cena en la que aparecen Jesús y los apóstoles, pero lo que están comiendo son todo productos locales (cuy y frutas típicas de Latinoamérica). Los pintores indios y mestizos expresaban su visión del mundo, alejándose de las corrientes europeas. Se representan costumbre, flora y fauna andina, así como a caciques indios, sin atender demasiado a la perspectiva y valiéndose de colores intensos.
También vimos la Virgen de la Inmaculada, varias capillas, una piedra que para los incas es muy importante porque representa a la PACHAMAMA (la tierra) a la que la gente echa hojas de coca a modo de veneración, la tumba de Garcilaso de la Vega, etc. Este último está enterrado bajo una capilla en la que se recuerda la conquista. Este Garcilaso es, en realidad, sobrino-nieto del famoso poeta renacentista español de mismo nombre. En realidad se llamaba Gómez Suárez de Figueroa, apodado Inca Garcilaso de la Vega, y nació en Cuzco, siendo hijo de un conquistador español, Sebastián Garcilaso de la Vega (quien era sobrino del célebre poeta), y una princesa inca, Isabel Chimpu Ocllo. Fue historiador y escritor, considerándose el primer mestizo racial y cultural de América. Supo conciliar sus dos orígenes y culturas, alcanzando gran renombre. Su obra cumbre es “Comentarios reales de los incas”.
Tras abandonar la catedral caminamos con todo el grupo hasta el QORICANCHA (significa fortaleza de oro en quechua), pues no estaba lejos. Los fundadores de la dinastía inca, Manco Qhapaq y su familia se establecieron en el lugar en el que está hoy día el Qoricancha. Con el paso de los años se construyó allí el templo mayor del estado inca. El inca Pachakuteq reedificó el santuario y lo dotó de fabulosas riquezas, es por ello que se le adjudicó el nombre de Qoricancha. En este lugar sagrado se adoraba al máximo dios inca, el Sol (Inti en quechua). Se dice que sus paredes estaban decoradas con oro. Tras la conquista española en el año 1532 se repartieron las tierras, tocando el Qoricancha a Juan Pizarro, hermano de Francisco Pizarro. Él decidió donarlo a la orden dominicana y por ello se construyó en el mismo terreno el Convento de Santo Domingo, fundado en 1534.
Q’enqo
 
Visitamos numerosas estancias del templo: la sala de sacrificios (con una gran mesa de piedra en el centro), el templo de la luna, la puerta sagrada (en él hay bloques de piedra que cuentan con más de 30 ángulos), la sala de las estrellas (con una hornacina ceremonial perfectamente tallada que está ubicada en un lugar estratégico para que entrara la luz en el solsticio de Invierno, proyectando una especie de estrella en la pared), etc. Todos los muros tienen unos grados de curvatura para evitar que se cayeran durante los terremotos y además las piedras están encajadas, no utilizaban ningún material de unión entre ellas. Aquí tenéis la crítica del templo Qoricancha en Tripadvisor.
Hay que explicar que el Inca era realmente el soberano por lo que es más correcto llamar quechua a los habitantes de su imperio, que duró desde el siglo XIII al siglo XVI. La residencia de los sucesivos incas se encontraba en Cuzco y se trataba de los descendientes de Manco Capac. El inca tenía poder absoluto, perteneciéndole todo lo que en el imperio había, incluidas las vidas de sus súbditos, pues era el mediador entre el mundo divino y el humano. Se suponía que el Inca era escogido por los dioses mediante pruebas muy rigurosas. Además disponía de un sistema de correo llamados chasquis, que corrían por una red de caminos, para entregar mensajes reales. Cada cierta distancia había cabañas de reposo llamadas tambos, en donde había comida, agua y relevos.
Algunos historiadores consideran que hubo 13 Incas, desde Manco Capac hasta Atahualpa, que fue el último. La dinastía residua,l tras la conquista española, se confinó el Vilcabamba. Como se carece de lenguaje escrito no hay registros exactos de personajes y fechas, sólo contaban con la tradición oral. Sin embargo algunos investigadores dicen que los nudos de los QUIPUS pueden ser un sistema de escritura pero también los diseños geométricos de los TOCAPUS de los textiles o cerámica incas. El quipu era un sistema mnemotécnico basado en un grupo de cuerdas de lana o algodón en el que hacían nudos. Existen más de 8 millones de combinaciones gracias a los colores, distancia entre cuerdas, posiciones y tipos de los nudos, etc. Por otro lado los tocapus eran unos diseños que según el color, las figuras y las combinaciones puede tratarse de un lenguaje escrito. Hay numerosos adornos con ellos: Pelayo, por ejemplo, se compró una gorra de Cusqueña que los lleva en la parte delantera.
Un bus nos recogió a la salida y nos llevó hasta las ruinas de Q’ENQO (=laberinto en quechua), situadas a 6km de la ciudad. Durante la época inca fue otro centro dedicado al rito. Pudimos observar su anfiteatro semicircular y las galerías subterráneas. Existe una sala excavada en la roca que pudo haberse utilizado para sacrificios. Además hay pequeños canales labrados en las piedras en forma de zigzag, de ahí el nombre que se le dio posteriormente, pues se desconoce el original. En realidad se ignora el fin de toda la construcción (un altar, un tribunal, una tumba, etc.). No estuvimos demasiado rato porque se puso a lloviznar y hacía mucho viento. Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor de Q’enqo.
La siguiente parada del autobús fue SACSAYHUAMÁN, en donde tuvimos que comprar el BOLETO TURÍSTICO en la entrada, pues no estaba incluido en el precio de la visita. Sólo tenían para pagar en metálico así que como no nos llegaba el dinero tuvieron que prestarnos Bea y Borja (aquí no valió el carnet de estudiantes, 130 soles/45€). El Boleto Turístico da acceso a los principales yacimientos arqueológicos de Cuzco.
Sacsayhuamán
 
Sacsayhuamán (=cabeza moteada o halcón satisfecho son las posibles traducciones) es una fortaleza ceremonial inca que comenzó a construirse en el siglo XV, durante el gobierno de Pachacuteq (el noveno inca). Garcilaso de la Vega habla en sus crónicas de ella como la mayor obra arquitectónica que realizaron. Al parecer Pachacuteq rediseñó la ciudad de Cuzco dándole forma de puma y esta fortaleza ocupaba la cabeza del animal. Sus muros tienen 9 metros de altura y alguna de las piedras pesan más de 350 toneladas. Se encuentra a una altura de 3700 metros y allí nos dimos cuenta que el mal de altura empezaba a hacer mella en nuestros cuerpos… Parece increíble que pudieran transportarse piedras de ese tamaño a ese lugar y luego encajarlas con total precisión (a menudo no cabe ni la hoja de un cuchillo entre ellas).
En las piedras hay formaciones como garras de puma, túneles subterráneos, anfiteatros, almacenes de alimentos, canales para la distribución del agua, etc. Se cree que fue una fortaleza militar o un templo. Se cree que pudo estar destinado al culto al Sol, pues desde aquí se ven las salidas y las puestas de Solo durante todo el año. De todos modos se calcula que sólo queda el 20% del grupo arquitectónico, pues los españoles destruyeron una parte y los pobladores de la zona aprovecharon piedras para construir casas.

El 24 de junio, día del solsticio de invierno, se celebra aquí el Inti Raymi, en donde se escenifica el culto al Sol y por lo tanto todos los lugareños se disfrazan y danzan bailes típicos (hay que comprar las entradas con muchísima antelación porque se acaban enseguida). Se dice, por estudios a través de radar, que había un túnel subterráneo que comunicaba con el Qoricancha y otros lugares de importancia durante la época inca. Los templos están perfectamente alineados entre ellos por lo que se cree que se orientaban gracias al Sol, la Luna, la Cruz del Sur y las Pléyades. Aquí tenéis la rítica en Tripadvisor del yacimiento.

Comenzó a llover justo al llegar así que esperamos un poco; en cuanto amainó bajamos todos del bus menos Bea. Yo tuve que comprar un impermeable de plástico porque iba sin abrigo (5 soles). Salimos, hicimos unas cuantas fotos, pues el lugar es bien bonito, y volvimos al bus. La tormenta era grande y los rayos caían muy cerca de donde estábamos. Pasamos por delante del sitio arqueológico de PUCA-PUCARA (que significa fortaleza roja en quechua) que se trata de una construcción militar formada por terrazas. También se piensa que pudo ser el lugar donde se alojaba la comitiva cada vez que el Inca decidía visitar los baños de Tambomachay. Aquí tenéis la crítica en Tripadvisor de Puca-Pucara.
Puca-Pucara
 
El bus nos dejó en las puertas de TAMBOMACHAY y tuvimos que subir una cuestarrona que, con el mal de altura y la lluvia, se nos hizo eterna… El yacimiento arqueológico parece estar relacionado con el culto al agua debido a las piedras labradas, acueductos y cascadas de agua que se observan en el mismo. Dos acueductos tallados en la roca mantienen un flujo constante de agua cristalina todo el año. Todavía no se conoce el origen de dicho manantial. Pelayo tenía ganas de hacer un pis así que, como era el único que se encontraba bien, no se le ocurrió otra cosa que subir por la colina para arriba y buscar un sitio tapado en donde no lo viera ninguno de los numerosos turistas; sólo de verlo correr me puse mala. Nos sacó unas cuantas fotos desde lo alto, pero no fuimos muy conscientes debido al estado en el que nos encontrábamos los otros tres…
Tengo que decir que el guía, Estanislao, fue nefasto, estuvo poniendo verde a los españoles toda la tarde y se centró poco en lo que tenía que explicar, lo cual fue una pena porque los lugares que visitamos merecían mucho la pena. Ya de vuelta, el conductor hizo una parada comercial en una fábrica de lanas de camélido en donde nos explicaron cómo se obtiene la lana para fabricar los textiles y cómo diferenciar uno natural de otro sintético (la natural tiene un tacto frío a la mano y es más pesada, además de mantener mejor la temperatura corporal).
Al parecer en Perú existen dos especies silvestres (la vicuña y el guanaco) y dos domésticas (la alpaca y la llama). Según nos explicaron la lana de mayor calidad es la de vicuña, pero al ser tan escasas y estar protegidas, tiene un precio muy alto. A continuación vendría la lana de alpaca bebé, que es la que se obtiene tras el primer corte que le dan al animal (por lo tanto no está relacionado con la edad, pues puede llevar toda la vida sin que le corten la lana).
Nos ofrecieron mate de coca y de menta andina pero aún así salimos rápidamente del local, pues los precios eran prohibitivos. El bus nos dejó finalmente muy cerca de la Plaza de Armas así que aprovechamos para cambiar dinero en una oficina que nos había recomendado Cleison (y de hecho fue el mejor cambio que encontramos a lo largo del viaje, 1euro=3’67 soles). Aquí tenéis la crítica y fotos de la Plaza de Armas de Cuzco en Tripadvisor.
Como Borja apenas podíamos caminar por culpa del mal de altura, buscamos un lugar cercano para cenar. Es una sensación horrible, como si de repente hubiésemos cumplido cien años y estuviésemos agotados. Entramos en la pizzería Don Marcelo, que estaba en una de las esquinas de la Plaza de Armas. Nos mandaron para el segundo piso y casi nos da algo para subir las escaleras… Pedimos una pizza familiar de pollo, que estaba buenísima, un trozo de tarta de chocolate y un trozo de cheesecake. Para beber todos pedimos mate de coca o zumos (ya que aconsejan bebidas azucaradas y sin alcohol para pasar rápido el mal de altura) y Pelayo una cerveza, que estaba como una rosa.
Era alucinante ver con qué rapidez y destreza subía y bajaba el camarero las escaleras mientras nosotros nos moríamos sólo con verlo. Pagamos en total 80 soles. aquí tenéis la crítica y fotos de los platos del restaurante en Tripadvisor. Volvimos al hotel caminando, pues los taxis no llegaban hasta el callejón del hostal. Borja y yo casi nos quedamos por el camino… Cuando por fin llegamos, después de varias paradas para descansar. me duché y me acosté, siendo las 22 horas, pues dicen que es bueno el dormir y descansar.

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