Diario Semana Santa en el Norte de Portugal. Día 3: Guimaraes

DÍA 3: MARTES 24 ABRIL 2014

Nos levantamos en nuestro bonito hotel de Guimarães y bajamos a desayunar al comedor del mismo. En el comedor nos esperaba Copete, el camarero que nos atendió la noche anterior, así que nos dió la risa en cuanto lo vimos. Pelayo metió pan en la tostadora y Copete en vez de usar las pinzas que había para ello les dio la vuelta con la mano… ¡¡En un hotel de 4 estrellas!! El desayuno estaba bien pero el de Brazao de Vila do Conde no tenía nada que envidiar. Al volver de desayunar busqué en el portátil y con la wifi del hotel otro sitio más barato para dormir una segunda noche en Guimaraes. Luego cerramos las maletas y bajamos a recepción a pagar la multa, concretamente 162 euros por noche y cena. Acto seguido marchamos con las maletas al Residencial Trinas, también en pleno centro histórico, muy cerca de la plaza de Oliveira. Aquí tenéis la opinión del hotel Residencial Trinas en Tripadvisor.
Nos recibió una señora muy amable que no nos pudo enseñar la habitación porque estaban limpiando pero nos dijo que salía por 35 euros noche y desayuno así que aceptamos, dejando las maletas en recepción hasta nuestra vuelta. Nos dijo que no hacía falta mover el coche, que se podía dejar aparcado en la calle con vigilancia. A continuación visitamos el Castillo de Sao Mamede, así como el Palacio de los Duques de Bragança, que son preciosos. En la recepción compramos una entrada conjunta al Castillo/Palacio y al Museo de Alberto Sampaio por 6€/persona; sin embargo este último no nos dio tiempo a verla. En el Palacio, de varias plantas, había bonitos muebles, capillas, tapices, armas, etc.
Castillo de Sao Mamede
 
Palacio de los Duques de Bragança
 
Después volvimos al centro y sacamos unas cuantas fotos, sobre todo en la muralla que hay en la plaza Largo do Toural, en donde en una de las torres de la muralla pone la famosa frase de «Aquí nasceu Portugal».
Aquí nasceu Portugal
 Comimos en el Restaurante Buxa, que era el mejor valorado en Internet y no me extraña. Estaba en la Plaza de Oliveira, en donde estaba el hotel en el que dormimos la noche anterior. Nos recibieron en la puerta y nos sentamos en una mesa del fondo. El sitio es bonito, combinando piedra y pared de yeso, con una cristalera en el techo. El servicio fue excelente y la comida mejor.     Pedimos pulpo Lagareiro de primero; de segundo Pelayo escogió entrecot yo pedí una carne, filo de res al lagareiro. Esto es a la parrilla y luego al horno con una alsa de aceite y ajo.
Pulpo Lagareiro
Entrecot de buey
Carne de vitela
Vino Cottas

De postre pedí torta de Guimaraes, que es un hojaldre relleno de dulce de calabaza, riquísimo; Pelayo sólo quiso un café. Para beber nos decantamos por un vino Douro reserva que fue el mejor que hemos tomado en Portugal hasta la fecha: Cottas. Pagamos en total 62 euros e invitaron a Pelayo a un chupito de aguardiente de color ámbar, muy bueno. Aquí tenéis las opiniones del Restaurante Buxa en Tripadvisor.

Tarta de Guimaraes

El dueño del restaurante era un señor de gafas muy agradable que charlaba con la gente de las mesas para dar recomendaciones. Nos dijo que era muy bonita la bodega Quinta do Portal, en donde además hay alojamiento; que también podíamos visitar otras como Casa Amarela, Cottas o Casa de Sezim. Pero estas visitas ya tendrán que ser para otro viaje a Portugal.

Tras la comida caminamos hasta la base del Monte Penha, en donde cogimos el teleférico hasta el Santuario que hay arriba (4’5 euros ida y vuelta por persona). Nos dimos un paseo por el parque, donde hay un mirador desde el que se ve toda la ciudad y alrededores. Además hay una ruta marcada en donde hay numerosas piedras caprichosamente erosionadas.

 

Teleférico que sube al Monte Penha
Vistas desde el Monte Penha
 
Volvimos en el teleférico, admirando el paisaje y las casonas que hay por el monte, sobre todo una blanca que nos dijeron que pertenecía a un futbolista. Es la casa más bonita que hemos visto nunca, pero estaba un poco dejada, pues al parecer sólo viene de vez en cuando. Después visitamos la Iglesia de San Gualter, fácil de reconocer por sus azulejos y un bonito jardín alargado en la parte delantera. Dentro nos llamó la atención un santo que tenían a la vista, en una hurna de cristal, con pinta de momia, algo bastante gore… Aquí tenéis más fotos y opiniones de Tripadvisor.
Iglesia de Gualter
 
Para descansar un poquito tomamos unos dulces en una de las pastelerías más famosas de la ciudad, Clarinha, que está en la Plaza Largo de Toural. Escogí cuatro: toucinho do céu, torta de chila/calabaza, penha y douradinha. Además una coca cola y un zumo, pagando 6.80 euros. En las opiniones de Tripadvisor podréis ver más fotos de estos riquísimos dulces.
Dulces de Clarinha
 
Volvimos al hotel y descansamos un poco, yo no me encontraba muy bien del estómago. Cenamos en el Restaurante Art and Gula, que estaba muy cerca de nuestro hotel. Pelayo pidió bacalao y yo, como no tenía mucha hambre y no me encontraba demasiado bien, una crema de verduras y brocheta de langostinos con piña. De postre tomamos una especie de flan, muy escaso. Para beber pedimos un vino blanco de Guimaraes, con un poco de aguja, bastante bueno. Este restaurante lo recomendaban en Internet pero fue el sitio que menos nos gustó de todos en los que estuvimos durante este viaje. Eso sí, al menos fue barato, pues pagamos 27 euros. Aquí tenéis las opiniones de Tripadvisor del Restaurante art and Gula.

 

Vinho verde de Guimaraes
 
Me quedo con ganas de ver el Poblado celta de Briteiros así como de comer en el Restaurante Manifestis Probatum, que estaba muy bien valorado en Internet, pero quedaban un poco a desmano del centro y ya no nos dio tiempo. Quedan muchas cosas pendientes para los sucesivos viajes a Portugal que pensamos hacer, dada la cercanía.

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