Diario de Tailandia, día 7: Bangkok (Gran Palacio, Wat Pho, Khao San Road, Golden Mountain, Paptong y mucho más)

JUEVES 29 OCTUBRE 2015

Había puesto el despertador para las 7:30 pero no fuimos capaces de levantarnos hasta un rato después (y eso que llevábamos nueve horas durmiendo…). Desayunamos tranquilamente en el hall del hotel: yogures, tostadas, plátanos, leche, té, café y zumo. El desayuno estaba incluido en el precio del hostal y la verdad es que por lo que cuesta es bastante completo. Por cierto, el hotel URBAN HOUSE nos encantó, sobre todo por los consejos de Wan, la chica de recepción; aquí tenéis la opinión y varias fotos que subí a Tripadvisor.
 
Queríamos visitar el GRAN PALACIO así que nos vestimos con pantalón largo y camisetas con mangas (si no lleváis ropa larga no os preocupéis, podréis alquilar prendas en la entrada). Cogimos el BTS en Sala Daeng hasta Sathorn, en donde hay un embarcadero. Wan nos había avisado de que si no queríamos pagar un montón de bahts, cogiésemos los barcos que llevan bandera naranja o roja. Estuvimos un rato buscándolos pero no los veíamos así que Pelayo propuso cruzar el río por el puente hasta la otra orilla. Allí preguntamos y nos volvieron a mandar para el lado del que veníamos…
Río Chao Phraya
Todo turista que pasaba por allí, nosotros incluidos, intentaba ser captado por las diferentes empresas, un rollo… Fuimos incapaces de encontrar los barcos que nos había dicho Wan así que al final nos decidimos por una empresa que nos cobró 100B/2’5€ a cambio de dejarnos en el embarcadero de Ta Chang.
Embarcadero
Subimos a uno de esos barcos tradicionales que van muy hundidos en el agua, y con nosotros otra pareja. Hablando con ellos resulta que habían contratado un viaje en barco por el río a solas, y de repente nos metieron a nosotros también, pues sólo era para dejarnos unas paradas más adelante, vaya carota… Pero ahí no quedó todo, pues quisieron dejarnos en un embarcadero que había antes de Ta Chang, llamado Tha Tien. Pelayo le echó la bronca al barquero y al final, a regañadientes, nos dejó en donde habíamos acordado. Eso sí, para subir al embarcadero nos las vimos y nos las deseamos, pues nos dejó en el atracadero de barcos grandes y había casi que escalar para llegar a tierra, menos mal que nos ayudaron unos señores desde arriba…
Paseo en barco hasta Ta Chang
 
Atravesamos un animado mercadillo, en donde compramos un par de botellas de agua, y caminamos hasta que encontramos la muralla blanca del Palacio. La bordeamos hasta que finalmente encontramos una de las entradas al recinto. Una vez en el patio interior, tras pasar el control de mochilas, buscamos las taquillas y compramos las entradas con bastante rapidez (500B-12’5€/persona). Posteriormente nos pusimos en la cola de entrada, que iba bastante rápida porque la gente pasaba los tornos a buena velocidad. 
El Palacio es precioso pero era un día muy caluroso y había bastante gente, eso sí, sin llegar a agobiar (sólo había una gran aglomeración en el recinto del famoso Buda de Esmeralda). Por cierto, al entrar nos dieron un mapa con el que nos fuimos orientando para no dejarnos nada por visitar. 
Muralla blanca que rodea el Palacio
En realidad el Palacio es un conjunto de edificaciones cuya construcción comenzó en 1782, siendo la residencia oficial del Rey desde esa fecha hasta el siglo XX (cuando la morada se trasladó al Palacio Chitralada). Ocupa un área de más de 200.000 metros cuadrados y en él se celebran actualmente coronaciones, funerales, matrimonios, actos oficiales y banquetes de la familia real y el Estado.
Preciosas estatuas del Gran Palacio
Al parecer la arquitectura del Gran Palacio se basa en la antigua capital de Tailancia, Ayutthaya, en cuanto a disposición, el río en un lateral, edificios orientados al norte, etc.  No todos los edificios están abiertos al público así que estos son los que visitamos:
 
-Zona de Templos: incluyendo el Templo Wat Phra Kaew, en donde se encuentra el famoso Buda de Esmeralda, proveniente de Chiang Mai. Era el lugar personal de culto del Rey y actualmente es el Buda más venerado del país. En realidad está hecho de jade y es de pequeño tamaño. Había muchísima gente así que entramos y salimos volando.
Panteón Real
Esta zona es la más bonita del recinto, con increíbles construcciones y esculturas. Hay un chedi o estupa dorada enorme que seguramente atraiga vuestra atención. Me encantaron los pequeños azulejos y espejos que recubren la mayoría de los templos, pues los hacen brillar enormemente con la luz del sol. Aquí se encuentra el Panteón Real, que sólo abre un día al año (6 de abril) y en cuyo interior están las estatuas de los primeros reyes de la dinastía Chakri (los que gobiernan en la actualidad son los Rama). No me quiero ni imaginar qué cola habrá ese día… En esta zona están los demonios gigantes o Thotkhirithon, que guardan los templos.
 
Réplica a escala de los templos de Angkor, también en la zona de templos.
Réplica de Angkor

Patio Central o Zona de Recepción/Chakri Mahaprasad Hall: aquí se encuentra un imponente edificio de estilo renacentista, que fue la antigua vivienda del Rey, en medio de unos cuidados jardines. Sólo se pueden visitar las salas en las que se encuentra la Colección de Armas Reales.
Vista panorámica del patio central

-Museo de vestimenta real
 
-Colección de monedas
 
Por cierto, sobre las 8:30 ocurre el cambio de guardia en la puerta de entrada (llamada Viseschaisri), pero nosotros no lo vimos, llegamos más tarde al recinto. Tampoco vimos el Museo de la vestimenta ni la Colección de Monedas.
Gran Palacio
Gran Palacio
 
Tras la visita, que nos llevó toda la mañana, tomamos algo en la cafetería, por sentarnos un rato a descansar: Pelayo pidió una cerveza y yo un zumo de uva con trozos de aloe vera (era un poco extraño), pagando 105B/2’65€. A mí me quedó pena de no haber realizado la visita con un guía, pues imagino que se disfrutará y aprenderá mucho más que por libre. Aquí podéis ver más fotos del Gran Palacio.
 
De repente se puso a llover bastante durante unos minutos. Una vez que amainó salimos del Palacio y caminamos hasta el templo WAT PHO, que está muy cerca, visita que os recomiendo, pues nos gustó mucho y había poca gente. La entrada son 100B-2’5€/persona, incluyendo una botella de agua fría con el ticket, lo cual me pareció un gran acierto, dado el calor que hacía.
Buda reclinado del Wat Pho

Este templo fue construido durante el siglo XVII, antes de que Bangkok fuese capital de Tailandia. Allí se encuentra el gigantesco Buda Reclinado, que mide 46 metros de largo y 15 metros de alto, recubierto completamente de pan de oro.
Wat Pho
Al parecer en los pies de la estatua hay más de cien símbolos pero en ese momento estaban en reconstrucción así que no pudimos contemplarlos. A lo largo del Buda hay unas vasijas de bronce para dejar limosna a los monjes y así mantener el templo.
Patio con estupas

Íbamos con la idea de darnos un masaje en la famosa Escuela de Masajes que hay en el interior del templo, pero como era ya la hora de comer abandonamos el recinto directamente. Al parecer también cuentan con una importante Escuela de Medicina Tradicional.
Tabla de precios

Bien merece la pena perderse por el recinto, en el que encontraréis numerosas estupas, estatuas, Budas, viviendas de monjes, estanques, etc., pero sin agobiar por el tamaño ni la multitud, como puede llegar a ocurrir en el Gran Palacio. Aquí podréis ver más fotos del Wat Pho

Patio del Wato Pho

Buscamos por tanto un sitio para comer por los alrededores del templo y encontramos un sitio que resultó ser una auténtica joya: URBAN RUSTIC THAI, restaurante de comida tailandesa moderna. Fue el único que encontramos durante el viaje de este estilo, pues en Tailandia domina el estilo más tradicional.

Exterior de URBAN RUSTIC THAI y mural interior
URBAN RUSTIC THAI

Nos atendió una chica muy amable que hablaba inglés perfectamente. Nos trajo una máquina con bolas y sacamos una a cambio de unos céntimos pero desgraciadamente no salió premio en su interior. La camarera nos dio otra oportunidad y esta vez salió un cóctel gratis, en concreto el Flower nº1, que nos trajo originalmente servido en un tarro de cristal.

Pelayo probando suerte
 
Escogimos de la carta varios platos para compartir, y a mayores nos regalaron dos bolas de arroz y pescado frito riquísimas. Estaba todo exquisito:
 
Bolas de cerdo con salsa agridulce
URBAN RUSTIC THAI. Bangkok
-Brochetas de pollo con salsa satay (de cacahuetes)
URBAN RUSTIC THAI. Bangkok
Curry verde con pollo, arroz y noodles para acompañar
URBAN RUSTIC THAI. Bangkok
 
Pelayo pidió un café al final que estaba excelente. Pagamos 1269B/32€, lo cual para Tailandia quizás sea un poco caro pero para mí fue una de las comidas más ricas y especiales de todo el viaje, lo recomendaría sin dudarlo. El local es precioso, el servicio muy atento, la comida rica y divertida, con un montón de detalles. Con la cuenta nos trajeron unos toffes con leche de coco que hacen en el local que son una delicia. Aquí podéis ver la opinión y fotos que subí de Urban Rustic Thai en Tripadvisor
Café y jaula que guardaba los toffes con coco
Urban Rustic Thai. Bangkok
La idea era haber visitado el Templo de WAT ARUN después de comer, que está al otro lado del río, pero estaba en obras de restauración así que lo obviamos. Cogimos entonces, a la segunda, un taxi hasta KHAO SAN ROAD, de los que acceden a poner el taxímetro, el cual nos cobró 59B/1’5€. Por cierto, era de color amarillo y verde.
 
Esta calle, como está en la zona más antigua de la ciudad, no está conectada con el resto de barrios por metro ni por BTS así que la única manera de llegar es en vehículo. Aquí os dejo la opinión y fotos de la famosa Khao San Road.
Khao San Road, la mítica calle de los mochileros

Khao San Road, la mítica calle de los mochileros
Recorrimos la famosa calle de los mochileros pero tampoco nos pareció para tanto… Quizás era  mala hora, pues no había mucha gente. Eso sí, debe de ser difícil dormir allí con tanto chiringuito, bar, tiendas, casas de cambio, restaurantes, etc. Caminamos por el barrio y vimos en el mapa que no se encontraba muy lejos el templo de GOLDEN MOUNTAIN así que decidimos acercarnos. Hay unos jardines justo antes en los que el conductor de un tuc tuc intentó camelarnos (la típica historia de que está cerrado el templo y te ofrecen una ruta alternativa por un módico precio) pero pasamos educadamente de él.
Golden Mountain
 Golden Mountain
 
Para llegar a la cima del templo hay que subir 344 escalones, pero no os asustéis, porque son mínimos de altura y no cuesta nada subirlos, se trata más bien de una cuesta. Las vistas merecen la pena, pues podréis ver los 360º de Bangkok desde la parte más alta. La entrada cuesta 20B/0’5€ por persona.
Vista panorámica desde la azotea
Se trata, en realizad, de una colina artificial donde se construyeron jardines, cascadas, numerosas estatuas, etc. Siguiendo los pequeños escalones iréis pasando por curiosos rincones hasta la cima, en donde está el templo y una bonita estupadorada en la parte más alta, desde donde divisaréis la ciudad entera. El templo data de la época en que Ayuttahya era la capital, por lo que es uno de los más antiguos de Bangkok.
Estupa dorada
 
La leyenda cuenta que el rey quiso construir un templo para ser recordado y no sabía dónde erigirlo. Dejó libre un elefante y donde éste se detuvo construyó el templo, que es el actual Golden Mountain o Montaña Dorada. Aquí podréis ver las fotos que subí a aquí.
Vistas desde Golden Mountain
Tras la agradable visita caminamos hasta CHINA TOWN pasando por animadas callejuelas y barrios muy genuinos, creo que merece la pena perderse un rato por la zona. Fue una pena que ya estaban cerrando los mercados callejeros. Aquí podréis ver más fotos del barrio.
 
Como estábamos cansados aprovechamos para sentarnos en un local, llamado HUA SENG HONG, con la intención de tomar un par de cervezas Tiger (187B/4’6€). Aquí está la opinión y fotos que subí del local a Tripadvisor
China Town
 
Tras el descanso caminamos en busca del famoso Mercado nocturno de PAPTONG, ya en el barrio de Silom (en donde estaba nuestro hotel), lo que nos costó un buen rato, pues no éramos capaces de localizarlo. 
 
Cuando finalmente lo encontramos, no nos pareció para tanto: es una calle en la que hay los típicos puestos que venden mil chorradas y a los lados se encuentran los locales de shows eróticos y barras americanas. Te ofrecen entrar, tanto si eres mujer como hombre. Días después volvimos a pasar por esta calle, durante el día, y no había ni un solo puesto, estando prácticamente todo cerrado a excepción de algún restaurante, y por tanto nos costó reconocerla. Aquí podéis ver más fotos de Paptong.
Mercado Nocturno de Patpong
 Mercado Nocturno de Patpong
Volvimos al hotel caminando y cambiamos más dinero en las casas de cambio del barrio. Cenamos en el restaurante japonés que hay en el callejón del hotel llamado FATBOY SUSHI, pues tenía ganas Pelayo de probarlo desde que lo vio el primer día. Cual fue nuestra sorpresa al entrar, que servían cañas de cerveza japonesa Asahi, helada y riquísima. Pelayo estuvo hablando largo y tendido con el chef, que era muy majo, y nos dejamos aconsejar por él (aunque como no habla mucho inglés tuvimos que ser ayudados por el personal). Esto fue lo que comimos:
 
-caldo como cortesía de la casa
FATBOY SUSHI. Bangkok
-1 set de sushi para cada uno
FATBOY SUSHI. Bangkok
-2 porciones de wagyu con foie
FATBOY SUSHI. Bangkok
-Varios sashimis
FATBOY SUSHI. Bangkok
-Combinado de pescados: este plato es una auténtica locura, de lo más rico que he comido nunca
FATBOY SUSHI. Bangkok
 

A mayores nos puso varios trozos de pescado para que probásemos, destacando uno con trufa negra, una auténtica exquisitez.

FATBOY SUSHI. Bangkok
Helado de té Matcha de postre
FATBOY SUSHI. Bangkok
Hasta ese día fue el mejor restaurante japonés que habíamos probado, por la finura, elegancia y lo sabroso que estaba todo (más tarde conoceríamos otros también dignos de mención). También fue la primera vez que salí reventando de uno de estos restaurantes, no podía más…
Pagamos 2.618B/65€, lo cual me pareció un precio excelente, teniendo en cuenta que comimos y bebimos hasta reventar. Aquí os dejo el enlace a la opinión y fotos que subí a Tripadvisor.  

Pelayo y yo con el original mural de Fatboy Sushi

 

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