Diario de Tailandia, día 8: Bangkok (masaje, Snake Farm, Lumpini Park)

 

Nos levantamos a las 9:45 así que bajamos corriendo al hall, pues el desayuno se terminaba a las 10. Tomamos tostadas, yogur y fruta. Nos preparamos y bajamos a recepción a preguntarle a Wan qué nos recomendaba visitar, pues barajábamos varias posibilidades.

 

Finalmente decidimos comenzar la jornada con un masaje en un local que había cerca del hotel, pues como era en horario matutino no hizo falta reservar (al parecer por la tarde-noche es cuando hay más problema). Nos indicó el lugar en el plano y llegamos caminando gracias a la orientación de Pelayo, pues a mí esta ciudad me parece bastante complicada.

Se trataba de una casa de dos pisos bastante chula, con muchas plantas, llamada RUEN-NUAD MASSAGE ESTUDIO, al final de un callejón. Había tres tipos de masajes: Tradicional tailandés, de Pies y Aromático con aceite. Nosotros escogimos el tailandés por todo el cuerpo de 1’5 horas, por el que nos cobraron 500B/25 euros por persona. Nos dieron a escoger el sexo del masajista, escogiendo Pelayo a un hombre y yo a una mujer. Nos dieron ropa para cambiarnos (camisa y pantalón tailandés) y nos metieron en cabinas individuales. El masaje estuvo muy bien, aunque a mí me hubiera gustado un poco más de caña (por cierto, me pareció que el masaje tailandés es muy distinto a los masajes que se suelen dar en España). Aquí podéis ver la opinión y fotos que subí  a Tripadvisor.

 

Tras el masaje visitamos la GRANJA DE SERPIENTES/SNAKE FARM de CRUZ ROJA (también llamado Queen Saovabha Memorial Institute.). Como está en Silom, concretamente en la Avenida de Rama IV, fuimos caminando. Este centro fue fundado en su momento dado que en Tailandia hay 190 variedades de serpientes, de las cuales 61 son venenosas y, por lo que nos explicaron, la mordedura de éstas son una de las principales causas de muerte en el país.

La entrada nos costó 200B/5€ por persona y lo ideal es hacer coincidir la visita con las horas de las exhibiciones (a las 11 y a las 14:30 horas). Nosotros llegamos un poco antes de las 15:30 por lo que nos dio tiempo a ver los reptiliarios tranquilamente antes del show. Luego tomamos algo en la cafetería que hay en la entrada (Pela un Sprite y yo una Fanta multifrutas, que resultó hiperdulce). También sirven comida pero cuando llegamos ya se les había terminado.

 

A las 14:15 fuimos para la grada, que ya estaba casi llena, así que os aconsejo llegar con un poco de antelación. El show fue interesantísimo: un chico muy simpático daba las explicaciones, valiéndose de un micrófono, en inglés y tailandés. Explicó que el Instituto cría a las serpientes para estudiarlas y buscar antídotos para las venenosas con el fin de salvar vidas, de hecho ya han descubierto varios desde que abrió sus puertas en 1923. Además también fabrican vacunas y luchan contra las enfermedades más comunes.

Mientras el presentador nos daba un montón de información y curiosidades sobre las serpientes, sus ayudantes fueron sacando ejemplares de king cobra (la serpiente venenosa más grande del mundo), cobras, cabeza de cobre/copperhead, ratonera, etc. Era increíble cómo las sacaban sin ningún tipo de protección, cómo las agarraban, etc. Por cierto, el presentador nos enseñó una enorme cicatriz oscura que tenía en un brazo, en donde le había mordido una serpiente cuando era un niño.

 

Una de las no venenosas incluso mordió a alguno de los ayudantes durante la exhibición. Al final sacaron una pitón reticulada que nació en la granja y que, al parecer, es encantadora, para que el público la cogiese y se hiciese fotos con ella. Yo lo único que fui capaz de hacer fue tocarla un segundo con el dedo índice, ¡¡me dan un repelús!!!

 

 

Además nos explicaron qué debíamos de hacer en el caso de sufrir una mordedura de serpiente: lavar la herida con agua y jabón, pero sin frotar o apretar fuertemente. Después debería de colocarse un vendaje de presión en la extremidad (con la misma presión que se le haría a un tobillo esguinzado) con el fin de evitar que la circulación sanguínea distribuya el veneno por el organismo.

 

Hay que tratar de que el enfermo no pierda el conocimiento y llevarlo lo más rápido posible a un hospital. El antídoto hay que administrarlo intravenosamente una vez que aparecen los síntomas. No hay que usar hielo, ni torniquetes, ni cortar y menos succionar la herida, como se ve a menudo en las películas.

Tras esta interesante experiencia buscamos un lugar para comer. Unos amigos que habían estado antes en Tailandia nos habían recomendado el restaurante MANGO TREE y, como estaba muy cerca de la Cruz Roja, fuimos hasta allí caminando. El local era bonito y la comida correcta, pero nos pareció para guiris. Esto fue lo que pedimos:

 

–Verdura con tofu de primero para compartir

 

–Noodles con gambas para Pelayo

 

 

–Pad Thai para mí (me encanta, lo comería a todas horas)

Nos llamó la atención lo rápido que sirvieron los platos. Para beber tomamos dos cervezas grandes, pagando por todo 1353B/34€, lo cual es un precio caro para allí, por eso no había tailandeses… Aquí podéis ver las fotos y opinión que subí a Tripadvisor. 

 

De allí caminamos hasta el Centro Comercial MBK, pues Pelayo había quedado con un antiguo compañero de trabajo que ahora vive en Bangkok con su familia. Allí tomamos algo con él y encargamos varios relojes para cuando volviésemos a la capital, al final del viaje, para coger el vuelo de vuelta a España. Pelayo sí que compró en ese momento una excelente copia de un Tag Heuer Monaco, precioso. La tienda se llama I-TIME y hace esquina, justo al salir de las escaleras mecánicas que van a la primera planta, en el patio donde está la foto del Rey. El negocio lo llevan un par de hermanos, un chico y una chica (ella es la que habla mejor inglés) que son muy majos. Podéis encargarle algún modelo e intentarán conseguirlo, dado que las falsificaciones están muy perseguidas. Estas copias buenas suelen costar alrededor de 3000B/75€.

 

Tomamos algo con el compañero de Pelayo en un Dunkin Donuts que había dentro del MBK: un par de cafés, un smoothie de moka y un donuts relleno (para mí). Sobre las 18:30 tuvo que marchar, pues tenía una cena así que nosotros nos dirigimos al PARQUE LUMPINI. Allí dimos un paseo y después nos sentamos en un banco a mirar las tortugas y peces gigantes del estanque (que es artificial). Había muchísima haciendo todo tipo de deporte, principalmente footing. Coincidió además que estaban rodando una película, videoclip o programa justo en la entrada, así que estuvimos observando un rato..

 

Este parque es el “pulmón” de Bangkok, contando con más de 50 hectáreas de dimensión (al parecer Lumpini es una localidad de Nepal en donde nació Buda). Un par de veces al día se escucha el himno nacional y la gente se detiene, pero a nosotros no nos coincidió (sí lo vimos en Chang Mai). En el propio parque disponen de un gimnasio al aire libre, hay conciertos, puestos de comida, mercado de fine de semana, etc. Como nota curiosa, está prohibido fumar y entrar con perros. Aquí tenéis el enlace a la opinión y fotos que subí a Tripadvisor del parque.

Volvimos caminando hacia la zona del hotel y cuando estábamos ya muy cerca decidimos entrar a tomar algo en un local que hay en una perpendicular a la calle de nuestro hostal. Una vez ya sentados, y viendo la buena pinta de los platos, decidimos quedarnos allí a cenar. Se llamaba SOMTUM DER y su especialidad es la comida Isaan.

 

La zona Isaan se encuentra al noreste de Tailandia, en donde hay mucha influencia de Laos, pero con personalidad propia. Su comida es famosa por ser muy picante y amarga, por lo que en el resto del país se han ido haciendo adaptaciones más suaves. El plato más conocido es el Som Tum (se lee «som tam»): ensalada de papaya verde, una delicia. La papaya que llega a España está ya naranja porque ha madurado; la que utilizan aquí para la ensalada todavía está verde y está bien rica, es una pena que no lleguen aquí…

 

Había muchísimos camareros y cocineros, muy jóvenes, que rápidamente atendían las dos plantas que tiene el local. Las raciones no son muy grandes, pero sí baratísimas. Así podréis pedir muchas cosas diferentes para probar; nosotros tomamos:

 

-Vermicelli con pato 

 

 

 

Estaba todo riquísimo salvo el postre, cuyo sabor era muy normal, a pesar de la espectacularidad. Hubo un plato que íbamos a pedir, el cual no recuerdo, que al parecer era demasiado picante y el camarero nos lo desaconsejó; en su lugar pedimos el som tum, que ardía (no quiero ni imaginar como estaría el otro…). Bebimos cuatro cervezas (Leo y Beerlao, esta última la más rica y fuerte de sabor que probamos en Tailandia; es originaria de Laos y es una pena que se vea tan poco).