El sábado 30 de Abril por fin visitamos el restaurante O Camiño do Inglés, de Daniel López, en Ferrol. Yo tenía ganas de ir desde hacía tiempo, pues seguía con ahínco su perfil de Facebook y me encantaban las fotos de los platos que publicaban. Se encuentra en Calle Espartero, en la parte antigua de Ferrol, pero he de decir que no tuvimos problema para aparcar, igual fue suerte. Por cierto, donde se encuentra el restaurante hay una zona con bonitas vistas.
Había reservado mesa para dos unos tres días antes de la fecha. El mismo día de la reserva recibí una llamada del Restaurante para confirmar la mesa y es que siguen la política que os explico a continuación: llaman a los comensales por teléfono entre las 13-13:30 y las 20-20:30 (según sea comida o cena), y si no se responden al teléfono la mesa quedará anulada. A mí no me avisaron de esta operativa cuando llamé para reservar y, desgraciadamente, no oí la llamada pero no hubo ningún problema porque llegamos pronto al local, antes de la hora acordada y justo unos minutos después de haber recibido la llamada.
El local es más bien pequeño, y nada más entrar llamó nuestra atención un curioso mural en una de las paredes, y que, preguntado el chef, resume su filosofía y recorrido. O Camiño do Inglés es conocido por su cocina de mercado, prueba de ello es la pizarra en la que anotan las preparaciones de cada día y que llevan a la mesa de cada comensal para que escoja. El día que nosotros acudimos al local había más de quince opciones.
Daniel López, el Chef, se acercó a nuestra mesa y comentamos las dudas que teníamos sobre los platos. Como queríamos probar un poco de todo, nos organizó una especie de menú degustación con raciones y medias raciones, lo que nos pareció una gran idea.
Tuvimos la gran suerte de que como el local estaba todavía vacío pudimos charlar un buen rato con Daniel y la verdad es que nos encantó su filosofía de cocina, es justo lo que Pelayo y yo buscamos cuando vamos a un restaurante: menú divertido y sorprendente, fusión de orígenes (Asia, Perú, Galicia, etc.), platos riquísimos, para no parar de repetir.
Luego se acercó el sumiller, Daniel Carballeira, para ofrecernos algo de aperitivo. Coincidimos plenamente con él a la hora de pedir un vino generoso:
-Tío Pepe
-Fino en Rama de Gonzalez Byass
-Palo cortado Monteagudo de Delgado Zuleta
-Oloroso de Marqués de Poley, Montilla Moriles
La carta de vinos del local es interesante, con muchas y variadas joyitas, pero en proceso de reforma cuando nosotros fuimos. Disponen de referencias españolas (con y sin DO), portuguesas, francesas, italianas, etc. Queríamos vino blanco y entonces Carballeira nos trajo cuatro botellas a la mesa para que escogiésemos, decantándonos por el portugués Avo Fausto 2014, de Quinta das Bageiras (DOC Bairrada). A mayores no fue sirviendo copas de otros vinos, con según qué platos, que ya os relataré.
Comenzaron a servir el menú, sin esperas entre platos, como un reloj, algo que en pocos sitios nos había pasado, incluso con preparaciones que pedimos a mayores que no se encontraban en la comanda inicial:
1.Sashimi de San Martiño a la gallega: un corte perfecto y una ajada en su punto de sabor, riquísimo. Media ración.
2.Tiradito de liberna/rubio: caldo perfectamente equilibrado de acidez y picante. Media ración.
3.Falsa boloñesa de albacora: realmente parecían unos tallarines a la boloñesa, sabrosísimo. Media ración.
4.Dim sum (de tinta) de choco y costilla: dos dinsum negros con un relleno de costilla de gran sabor.
5.Xarda kaikaya: estupenda combinación de sabores y texturas, pescado en su punto; además salió el chef a desmigarlo y explicarnos cómo se debe de comer. Ración completa.
6.Pulpo estilo cantonés: muy diferente al estilo local; además llevaba la mejor mayonesa de wasabi que hemos probado nunca, preparada al estilo tradicional, con la raíz traída directamente de Japón y piel de tiburón para rallarlo, un lujo. Media ración.
7.Raya en caldo de aceituna negra: riquísima y original combinación, para no parar de comer. Media ración.
8.Foie micuit, pera y miel: delicioso plato, difícil de superar; el foie está preparado por ellos mismos. Lleva una combinación de especias y toques dulces que no puedo parar de relamerme cada vez que me acuerdo, de lo más rico que he probado nunca. Media ración.
Para este excelente plato Daniel nos sirvió un Marqués de Poley, Amontillado Viejísimo, solera 1922 de Bodegas Toro Albalá, maridaje de diez.
9.Arroz de centollo:el chef quiso que probásemos una ración de su arroz de centollo así que accedimos encantados. Era muy abundante y de sabor especial, muy distinto a cualquiera que haya comido antes en Galicia, con comino y más especias que no sabría concretar.
Y llegó el momento de los postres, para lo cual pedimos unos vinos dulces:
-Moscatel de Ordoñez nº 2
-Barbeito de Madeira
Ésta fue la sucesión de sublimes preparaciones:
1.Kit Kat de té Matcha: excelente mezcla de sabores y texturas.
2.Helado de fruta con gelatina: original pero no recuerdo todos los ingredientes…
3.Crema de queso: sabrosa y curiosa presentación.
4.Piña colada: muy refrescante y elegante.
Fuimos invitados a los cafés, todo un detalle:
Sólo voy a decir que fue una de las mejores experiencias gastronómicas que hemos podido disfrutar en Galicia, todo fue perfecto: local, servicio, comida, maridaje, conversación, relación calidad precio, etc. Hemos vuelto más veces y siempre hemos salido encantados. Por cierto, acaban de reformar el local así que habrá que ir a verlo. Estoy segura de que al equipo de O CAMIÑO DO INGLÉS le esperan un montón de éxitos.
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