Receta infalible de Tiramisu

El tiramisu es uno de mis postres preferidos. La receta original me la dio mi amigo Francesco, que es de Florencia, pero luego yo le di mi toque personal, como ya veréis más adelante. Si seguís estos pasos no tendréis problemas, es sencillo de elaborar y además no necesita horno, sólo reposar en nevera. Tened en cuenta que, como todo, iréis cogiéndole el punto a medida que repitáis la receta.
Ingredientes:
-mascarpone (500 gramos)
-4 o 5 huevos, según el tamaño
-bizcochos de toda la vida, de los duros
-una tableta o dos de chocolate para rallar
-café
-licor café
-azúcar al gusto
Preparación:
1.Necesitamos dos cuencos grandes, en uno echamos las claras y las dejamos ahí de momento. En el otro vertimos las yemas y le añadimos el mascarpone junto con una cucharada sopera de azúcar por cada yema. Removed bien hasta que la mezcla quede homogénea (yo lo hago primero con un tenedor y luego con una varilla, pero podéis usar también la batidora).
Mascarpone, 5 yemas y 5 cucharadas soperas de azúcar
 
2.En el otro cuenco echamos las claras (con cuidado de que no caigan restos de yema) para montarlas a punto de nieve. A mí me gusta hacerlo a mano con una varilla porque aguanta más la burbuja de aire, pero podéis hacerlo también con batidora. Lo ideal es que, al darle la vuelta al cuenco y ponerlo boca abajo, no caiga ni una gota, manteniéndose firme.
Claras a punto de nieve
 
3.Ahora hay que añadir las claras a punto de nieve sobre la mezcla de mascarpone/huevo/azúcar, lentamente para que no se bajen. Yo utilicé una lengua de gato pero podéis hacerlo con una cuchara sopera también. Para integrarlo todo y que no se pierda el aire de las claras hay que hacerlo despacito, con mucho cuidado, utilizando movimientos envolventes hasta que consigáis una mezcla homogénea.
Mezclar ambos boles

 

Mezcla homogénea
 
4.Por otro lado prepararemos café. Aquí depende un poco de los gustos, según lo cargado que lo queráis; en mi caso lo hago con leche porque no me gusta el café muy negro. A ese café calentito le añadimos un chorro generoso de licor café (aquí viene mi aporte gallego) y azúcar al gusto (yo le añado una cucharada sopera de azúcar para un tazón de café porque no me gusta muy dulce).

 

Café con leche y un chorrito de licor café
5.Por otro lado colocaremos los bizcochos en el recipiente que vamos a usar ya para presentar, con la parte sin azúcar hacia arriba porque absorbe mejor. Con una cuchara sopera los baño uno a uno con el café todavía calentito, así empaparán mejor. Me gusta hacerlo así, poco a poco, para mojarlos lo justo, con el fin de que no sobre demasiado café en la base (sino quedará el sobrante abajo y goteará al servirlo; no os preocupéis si esto os pasa las primeras veces, pues es normal; de hecho es mejor que queden empapados de más que duros como piedras).
Baño de café
 

 

6.Para saber el punto justo de empape los voy pinchando con un pincho moruno, palillo o lo que tengáis a mano. Como ya dije, vale más pecar de blandura que de dureza, pues si lo dejáis un buen rato en la nevera estará suficientemente sólido para servirlo. De hecho esos agujeritos que hacéis con el palillo servirán también para que el líquido penetre bien hasta el interior.
Probando el punto de los bizcochos con un pincho moruno
7.Una vez que los bizcochos ya estén suficientemente empapados procederemos a poner una cantidad suficiente de mascarpone como para cubrirlos del todo. No os paséis, que tenéis que dejar suficiente para la capa de arriba. Yo lo extiendo con cuidado, utilizando la lengua de gato. Los italianos dicen que los tiramisus ideales son los que tienen dos filas de bizcochos, como éste ;p.
Añadiendo mascarpone a la primera fila de bizcochos ya empapados
 
8.A continuación añadimos otra fila de bizcochos, poniéndolos en disposición distinta a la de la otra fila para que tenga más consistencia. Volvemos a bañarlos con café/licor/azúcar uno por uno, con cuidado de que no quede líquido sobrante entre ellos.
Segunda fila de bizcochos, ya empapados
 
Segunda capa
9.Añadimos el resto del mascarpone y alisamos con la lengua de gato.
Segunda y última capa de mascarpone ya extendida
 
10. Rallaremos chocolate del que más os guste. Yo a veces cojo con leche, otras mezclo con blanco, etc. Hay la opción de comprar chocolate en polvo si os queréis ahorrar el trabajo, sin embargo a mí me gusta más el de tableta (además no lo rallo no muy fino, más bien tipo viruta, pero eso son gustos/manías de cada uno…). Yo compro tabletas finas de los chocolates que más me gustan y tardo unos 5-10 minutos como mucho en rallar la cantidad suficiente.
Chocolates rallados
Chocolate banco y con leche
11.Añadimos el chocolate por encima, directamente o haciendo alguna figura. Yo por ejemplo para San Valentín le hice uno a mi novio con un corazón en medio, otra vez un yin-yan, etc. En este caso opté por un cebreado de dos colores, utilizando con mucho cuidado una cuchara sopera.
Decoración con virutas de chocolate
12.Finalmente taparemos el tiramisu con un film y lo meteremos en la nevera, a poder ser 24 horas. Si sólo lo dejáis unas horas lo peor que os puede pasar es que se os desmonte al servirlo, pero de sabor estará bueno. Espero que os salga muy bien, ya me contaréis.
Presentación final
 

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