Diario de China, día 14: Vuelta a Madrid

Nos levantamos a las 6h de la mañana, nos duchamos y bajamos a desayunar. Había comida bastante pocha, seguramente del día anterior. Yo no comí mucho, pues no tenía demasiada hambre: huevo frito, tomates cherry, pepino, zumo, bomba de crema, un dumpling grande,…
Vistas desde la habitación
Habitación del hotel

Volvimos al cuarto y allí  me tuve que tomar una salvacolina porque tenía unos retortijones terribles (menos mal que nos vamos ya, si no exploto de tanto comer…). Plastificamos nuevamente las maletas con papel film que habíamos comprado en un supermercado y marchamos al hall, en donde venía a buscarnos un minibús. Me dormí y no desperté hasta que llegamos al aeropuerto de Pudong.

Puente

Al llegar ya nos esperaba Katy en la puerta; estuvimos de cháchara con ella hasta que abrió el mostrador de facturación. Hubo un problema con el equipaje de Pelayo así que pasamos los tres al cuarto de la policía, en donde le hicieron abrir una maleta porque veían en las cámaras algo raro, según nos tradujo Katy,…
Pelayo tuvo que sacar prácticamente todo de la maleta y al final resulta que era una batería de móvil. Volvimos a plastificar la maleta en el aeropuerto (lo que nos costó 30Y) y Katy nos sacó las tarjetas de embarque. Nos dejó en la puerta de embarque, en donde nos despedimos de ella, es muy agradable. Pasamos el control de inmigración, en el que nos volvieron a hacer otra foto más, y luego el de seguridad.
En el aeropuerto
Nos quedaban unos cuantos yuanes así que los gastamos en las tiendas del aeropuerto comprando la última cerveza Yingtao, frutos secos y patatas fritas chinas. La verdad es que en este aeropuerto había poca variedad de productos y era todo bastante caro. Pelayo compró un guerrero de terracota para su hermana y unos palillos chinos para su hermano y familia.
Primer avión que cogimos
El embarque era a las 11:30 pero se retrasó una hora. El viaje de vuelta (Shanghai-Moscú y Moscú-Madrid) lo pasamos casi todo el rato durmiendo, recuperándonos del cansancio acumulado. Llegamos con Moscú con demasiado retraso así que vino a buscarnos una azafata a la puerta del avión para llevarnos rápidamente a la puerta de embarque del siguiente vuelo. Además nos dijo que la compañía no podía asegurar que diese tiempo a cambiar las maletas de avión…Mal asunto.
Al llegar a Barajas efectivamente las maletas no aparecieron por lo que casi nos da un patatús, más que nada porque iban a pasar la noche en Moscú y estaban llenas de regalos. Esa noche aprovechamos para cenar y quedarnos en casa de unos amigos de Madrid que hacía tiempo que no veíamos.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto en cuanto nos levantamos y nos colamos en la zona de maletas. En el mostrador no sabían nada de ellas pero no sé como, de casualidad, las vi yo al fondo de uno de los pasillos, allí tiradas, así que las cogimos y nos marchamos. No nos las mangaron de milagrito…
Espero que este diario os sirva para organizar vuestras visitas. La verdad es que China es uno de los lugares más impresionantes que he visto, por variado y diferente, merece muchísimo la pena ir. Aunque el billete sea caro, luego el país es baratísimo. Eso sí, lo de ir por libre es complicado por culpa del idioma así que si no habláis chino os recomiendo que llevéis todo escrito desde España (por eso he ido poniendo a lo largo del diario las traducciones, según Internet, de los lugares más importantes) y aún así… Y si no contratad una excursión con guía como hicimos nosotros, que alguna vez en la vida también está bien dejar que te lleven ;P.
¡¡BUEN VIAJE!!

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