Diario de Formigal, día 4: esquí y Restaurante Vidocq

Restaurante Vidocq

MIÉRCOLES 27 FEBRERO 2019

Esta noche dormí bastante mal, pues se empieza a acumular el cansancio y las contracturas, y el colchón de la cama no ayuda, pues no es muy cómodo. Además amanecí con muchos mocos, probablemente me cogió el frío el día anterior en el spa…

Hotel Nievesol

Nos levantamos a las 7:45 y bajamos a desayunar, habiendo sitio todavía en el comedor. Cogimos a continuación el bus hasta Sextas y al llegar allí tuvimos que buscar uno de los numerosos puestos con herramientas que hay a disposición de los usuarios, pues tenía varios tornillos de las fijaciones sueltos (de hecho no sé cómo no los perdí…).

Pelayo apretando los tornillos de mi tabla

Esquiamos por la estación hasta las 13:00 salvo una pequeña parada en Anayet para tomar un par de bebidas (6€). Como teníamos reserva en Vidoq para las tres y yo no tenía demasiado buen día volvimos al hotel sobre las 13:30, dejamos las tablas, nos duchamos y fuimos para el restaurante.

Formigal

Aunque nos presentamos una hora antes de la reserva no tuvieron problema en darnos mesa. El restaurante Vidoq, que se encuentra en el propio pueblo de Formigal (y muy cerca del hotel), pertenece a una pareja muy maja, Diego Herrero, chef de Bilbao, y Amaya Sarasa, sumiller. Les encanta viajar, sobre todo por Asia, igual que nosotros, así que congeniamos enseguida con ellos y con su cocina. También nos atendió un camarero muy agradable llamado Jesús, con el que charlamos largo y tendido.

Restaurante Vidocq

Decidimos pedir el menú degustación de 40€ pero con el suplemento de 8€ para probar las perdices semiescabechadas y de 10€ para el atún (eran dos platos con plus). Estos fueron los platos:

-Sopa de cebolla DO Fuentes de Ebro, hongos, patata ninet y jugo de ternera: según nos explicaron, es la única DO de Cebolla en España. Un plato muy equilibrado.

Restaurante Vidocq

-Gofre salado: elegante pasta salada con guacamole, panceta ibérica, cebolla roja encurtida y lascas de queso Radiquero

Restaurante Vidocq

-Gyoza rellena de capón del Sobrarbe, acompañado por chilindrón thai y berenjena asada. Mezcla estupenda de tradición con cocina asiática.

Restaurante Vidocq

-Arroz niral: meloso de arroz del del Cinca, alcachofa, anchoa en salazón de Castro Urdiales, velouté de mostaza con pan de mostaza, alcaparras y manzana. Untuoso y con un toque alegre que le da la mostaza y que anima a seguir comiendo.

Restaurante Vidocq

-Huevo de corral de Monegros a 62º, papada de cerdo de Latón de la Fueva (cuya grasa al parecer es muy sabrosa), coliflor tostada, col de bruselas y salsa tonkatsu. Interesante juego de texturas.

Restaurante Vidocq

-Bloody Mary con jengibre

Restaurante Vidocq

-Lomo de bacalao, pimientos morrones, pilpil de ajo negro, edamame y clorofila de guisantes para Pelayo. El punto del pescado era perfecto

Restaurante Vidocq

-Atún con guacamole, pico de gallo, quinoa y sopa ácida de coco para mí. Estaba excelente, pues la sopa era pura Tailandia al llevar ingredientes típicos de allí como la lima kefir y el cardamomo, y otros de aquí como el limón y la naranja

Restaurante Vidocq

-Perdiz semiescabechada con verduras para Pelayo

Restaurante Vidocq

-Carrillón de ternasco de Aragón asado, causa limeña, cream fresh, falso risotto de trigo sarraceno y aceite de perejil para mí

Restaurante Vidocq

-Tarta de queso, frutos rojos y teja

Restaurante Vidocq

-Brownie de chocolate con crema de mango y melocotón, leche de coco y canela

Restaurante Vidocq

El menú nos encantó, Diego tiene buenas ideas y mucha mano, haciendo guiños a la cocina asiática. Se vale para sus preparaciones principalmente de productos de proximidad. Por cierto, para beber pedimos los siguientes vinos:

-vermú casero con sifón y angostura

Restaurante Vidocq

Edra Blancoluz 2018, elaborado con Viogner

Restaurante Vidocq

Edra Benditas Cabras 2016, elaborado con Parraleta

Restaurante Vidocq

Pagamos por todo 146€, poco comparado con todo lo que disfrutamos. Nos dimos cuenta que todos los vinos de Edra nos encantaban así que lo comentamos con Amaya y nos dijo que la bodega bien merecía la pena así que le mandamos un correo a Alejandro, el dueño de la misma, quien contestó al día siguiente.

Tras la comida volvimos al hotel para dormir una pequeña siesta. Ya no nos apeteció salir más del cuarto así que nos quedamos allí por la tarde viendo series e incluso cenamos algo de picar que aún teníamos del viaje y de la compra en el supermercado el primer día.

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